NO TE DEJARÉ || Hyakkimaru x tú ||

Capítulo 31

- ¡Todo brilla en rojo! - Dororo mira a todos lados sonriendo ampliamente mientras ve las hojas del otoño.

- Dororo - Hyakkimaru lo llama cuando se quedó atrás.

- No te atrases, enana - Dije sonriendo leve y ella se queja por el apodo pero corre hacia nosotros.

- Es verdad, estamos aquí para matar a un demonio -

Seguimos caminando hasta que miré atrás por escuchar a Dororo soltar un grito y al mirar ella estaba en el suelo.

- Que distraído -

Me crucé de brazos y vi como ella se quedaba en el suelo pensando, cuando volteé de nuevo vi a Hyakkimaru agarrando unas frutas.

- Voy a comer también - Dice Dororo llamando mi atención, yo asentí pero frente a nosotros apareció la fruta que Hyakkimaru había agarrado.

- ¿Huh? - Agarré la que me tendía - ¿Son para nosotras? -

- Para ustedes, _____ y Dororo -

- Aniki/Hyakkimaru nos dió comida - Dijimos nosotras al mismo tiempo.

Nos sentamos para poder comer la fruta, realmente era buena. Dororo al terminar comienza a hablar sobre las cuatro estaciones del año.

- Seguro podrás verlo un día. Estoy seguro -

- Si, nosotros nos encargaremos - Dije sonriendo - El cielo es muy lindo, podrás verlo algún día -

- El sol y las nubes también - Dice Dororo.

- Si, si. Eso también - Hyakkimaru asiente.

- Solo estás asintiendo ¿Realmente estás escuchando? - Vuelve a asentir.

- Quiero escuchar más. Más de sus historias -

- Aniki... cambiaste - Miré a Dororo sonriendo un poco - Sí, realmente cambiaste -

- Y para bien -

- Si, no eres para nada como cuando te conocimos -

- Ni un poco -

- Yo tengo muchas cosas que quiero decirte. Pero primero vamos a derrotar a ese demonio -

- ¿Huh? - Miré atrás de Dororo.

- ¿Buscando a un demonio? -

- ¿Quién eres tú? - Pregunta Dororo dándose vuelta hacia el desconocido.

- Vamos, relájate. Vine aquí a matar a un demonio también - Responde.

No sabía si confiar en él pero aún así fuimos con él a buscar al demonio. Nos dijo que se llamaba Punto de Dados Saburota y que cazó demonios por seis meses. Nos mostró la cicatriz en su pecho y dijo que estaba tan decidido en matarlo porque se comió a su madre frente a él.

Pero entonces Hyakkimaru nos hace volver a caminar, llegamos a una parte de la montaña a esperar al demonio.

- Viene - Avisa Hyakkimaru y yo llevé mi mano a mi katana.

Entonces aparece un demonio gigante que su cuerpo era como un revoltijo de partes animal.

- Demonio - Hyakkimaru se saca las prótesis y corre hacia el demonio quien al verlo también corre hacia él.

Lo esquiva y yo golpeo el rostro del demonio antes de que colocara su cola frente a mi, me aparté de un salto y posicioné mi katana en frente.

Pero la cola serpiente del demonio va hacia Dororo y Saburota mientras el resto se fija en Hyakkimaru. Dororo tropieza pero yo la atrapé y la alejé.

- ¡Onēchan! ¡Huh! -

Puse mi katana tras de mi justo a tiempo para detener el ataque de Saburota.

- ¿Qué demonios haces? -

Lo aparté y antes de que pueda patear sus piernas o cortarlo él se aleja y se sube a una piedra.

- Veo que son buenos - Dice él.

Hyakkimaru se acerca a nosotros y se coloca junto a Dororo.

- ¿Por qué estás del lado del demonio? ¿No mató a tu madre? -

- Matar al demonio no traerá de regreso a mi madre. Por eso tomo la vida de otros en su lugar. Dejo que este chico se coma a todo el que pase por aquí. Todos lloran y ruegan por ayuda, cuando los veo no me siento vacío -

- Ya... otro loco -

El demonio corre hacia nosotros pero yo empujé a los chicos y le hice una cortada en el rostro, él se levantó en dos patas rugiendo y entonces solo puse mis brazos a un lado recibiendo un golpe que me golpeó contra una piedra.

- ¡Onēchan! - Me levanté pero vi que el lugar cerca del borde donde estaban ellos se comenzó a romper.

- ¡Chicos! - Corrí hacia ellos pero solo alcancé a ver desde el borde como caían.

Pero rápidamente me di vuelta y con mi katana mantuve la boca de la cola serpiente lejos de mi, apreté los dientes y moví mi katana rápido cortando su boca, este se aleja y yo me levanté miré de reojo al borde pero me aparté antes de recibir otro golpe.