Regalos. 2/2

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╰ひ╯

En este mismo momento Mo Guan Shan sí se sentía como una niñera, mientras miraba a un pelinegro envolver de forma torpe los regalos para sus amigos.

He Tian le había indicado que los envolvería y antes de medianoche irían a repartírselos a sus amigos. Sin embargo Mo no evitaba morderse una uña para aguantarse las ganas de burlarse del chico por no saber envolver correctamente las cajas de aquellas cosas que habían comprado desde temprano.

— Se... Maestro, le puedo ayudar.—sugirió Guan Shan, aún con una mirada atenta posicionada sobre el de estatura alta.

Tian levantó la cabeza mirándole directamente, sonriendo en grande.

— Yo puedo, Mo.

No, no puede. Pensó el pelirrojo, frunciendo sus labios al sentir ganas de reír.

— Maestro... —susurró.— Le insisto, si le ayudo terminará más rápido.

— Hmph. —Bufó. El de cabellos oscuros hizo un puchero.— Yo puedo.

╰ひ╯

Nada más terminar, He Tian avisó que se iba a duchar, preguntándole a su guardaespaldas si podría cocinarle algo mientras lo hacía. Mo no le quedó otra más que decir que si. Si decía que no, de seguro Tian haría otra de sus caras raras y trataría de intimidarlo. Aunque se veía guapo, a Mo Guan Shan no le parecía intimidante. Había estado hace tiempos con una navaja en el cuello, como para ser intimidado por un chico de su misma edad el cual hacía chistes raros e incómodos cada vez que respiraba.

Pero el pelirrojo estaría dispuesto a aguantar todo eso, con tal de ganar dinero.

Mientras cocinaba no pudo evitar ponerse a pensar, ¿Cuándo fue que celebró la Navidad con alegría? Por supuesto que la mayoría de las navidades y fechas importantes las había pasado en tranquilidad con su madre, antes de que esta tuviera que mudarse por asuntos de trabajo lejos de él, ahí fue que Guan Shan habló con ella y decidió tratar de vivir por si solo. No quería ser una carga para su querida madre.
Pero recordaba que la última navidad más emocionante y feliz de su vida había sido con su padre también a su lado, y aquella chica que le gustaba en ese tiempo.

Mo Guan Shan no había estado en una relación con aquella chiquilla, pero haber pasado esa fecha con ella en aquel tiempo le había dejado feliz. Solo en aquel tiempo.

Y a He Tian le miraba mucha felicidad en sus ojos al hablar de sus amigos, le hacía pensar que les apreciaba demasiado y lo suponía así de momento. Porque el pelinegro se veía un poco solo a ojos de Mo.

Fue cuando cayó en cuenta de que se había quemando en la punta del dedo, cuando He Tian ya estaba atrás suyo tomándole de la muñeca mirando su mano.

— Eres mi guardaespaldas, pero no me haces caso cuando te hablo y encima te quemas el dedo. —dijo He, mirándole seriamente.— ¿Quieres el botiquín?

Asintió, rodando los ojos ante lo que había dicho primero.

— Solo dígame donde esta y me lo curaré yo solo, no tiene que molestarse. —Sugirió, soltando su muñeca del agarre del pelinegro y girándose hacía la estufa, apagándola mientras volvía a hablar.— La comida esta lista, puede servirse pero tenga cuidado, esta caliente.

╰ひ╯

Igual de rápido que había encontrado el botiquín, igual de rápido se había curado aquella quemadura que le había ardido un poco en el proceso. Nada que no pudiera soportar.

Mad Dog. | TianShan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora