Aceptar.

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╰ひ╯

Estaba sucio. Las manos parecían adornadas con pequeñas gotas de sangre, apenas había logrado encontrar unos guantes que pudieran esconderlas, si, no quería ver sus propias manos sabiendo que con esas mismas era que tocaba a Mo Guan Shan. No tenía ni la mínima intención de ser visto por el pelirrojo en ese momento, se sentía una mala persona, aquella que nunca quiso llegar a ser, no lo lamentaba, de todos modos era para proteger al menor.
Sin embargo, el pensar que su vida a partir de ahora iba a ser un sin fin de muertes construyéndole un puente, le hacía enfadar.
Lo único que podía hacer era rellenar aquel vaso en sus manos, una y otra vez, tomando agua ignorando el dolor de estómago que le estaba causando el tomar tanta.

- Te inflamaras. —La voz que sonó desde la entrada de la cocina lo hizo estremecerse, logrando en su rostro formar una mueca de desagrado, lo que menos quería estaba pasando y se sentía desgraciado. Sostuvo la respiración un momento, con los ojos a medio temblor aguantándose las sensaciones que estaba teniendo, miro a su enamorado mientras limpiaba con una de sus manos las gotas de agua que habían resbalado debido a la sorpresa de tenerlo ahí. Sonrió, incomodo de verse de aquella manera, aun si tenia sus manos sucias a escondidas, seguía sintiéndose asqueroso, lo que menos deseaba era asustar al rojizo. He Tian se mataría si lo hacia, estaba seguro de ello.— ¿Qué haces?

Tembló, cuando escucho los pasos de Mo Guan Shan y logro verlo avanzar a el con toda la tranquilidad del mundo. Pero no llego a su lado, Mo había pasado de largo yendo al refrigerador, Tian le miro de nuevo, observando aquella lata de bebida en las manos delgadas del contrario. No quería responder a nada, si lo hacia, tenia en claro que no podría hablar y terminaría llorando enfrente de Mo.

¿Como le decía? He Tian había ensuciado sus manos por el, sentía el mar ahogándolo, tal vez el ojimiel se decepcionaría de el, tal vez le diría que no lo volviera a tocar, a lo mejor Mo Guan Shan dejaba de aceptarlo en su vida y por fin el sueño de Shan de escapar se haría realidad.

— ¿No vas a decir nada? —Pronto, el cuerpo de Guan Shan estaba a su lado, abriendo aquella lata apoyándola en la mesa, y dirigiendo aquellos adorados ojos hacia el pelinegro, hacia el. Quería que lo siguiera mirando así, con un pequeño brillo que hacia titubear a Tian cada que lo veía, pero no le diría nada, no arruinaría lo suyo con la sangre que estaba cargando ahora mismo. Desespero al pelirrojo, quien suspiro dejando en segundo plano al mayor, al menos hasta que este diera una señal de reacción a sus preguntas, tomando aquel liquido que había cogido hace unos minutos, bebiéndolo con calma como si no tuviera a un asesino a lado suyo.— Sabes, pensé que dormirías conmigo. —Habló solo, frunciendo sus labios y por mas que le pareciera aun extraño a He Tian, mantenía sus cejas calmadas sin ningún indice de estrés, como siempre lo hacía.— Pero ahora el señor He esta aquí, ¿Estas esperando a un amante? —Bromeo, haciendo ahora que quien frunciera el ceño fuera He Tian, Mo no recibió ninguna mirada, causándole cansancio.— Era una broma.

— Lo sé. —Las manos de He se restregaron por su propio rostro, sabiendo que aquella acción no lograría nada, el agobio seguía ahí, no sabía ni como ni por qué, pero una simple razón como la que tenia en mente le hacia querer vomitar, anhelaba al rojizo y el estar de este modo, lo ponía en un pozo.— Mo Guan Shan. —Le llamó, tragandose sus propias palabras, palabras, ni siquiera sabía si quería pronunciar palabras y si era así, no sabía cuales eran.— Tú...

— No me importa lo que hagas, He Tian. —Se adelanto, casi como si leyera su mente, los ojos de Tian encantandose, lo más probable es que sus pupilas se hayan dilatado, aún si Mo no lo miraba en ese momento, no era importante, solo se había quedado atrapado en el tono de voz que uso su amante.— No se que pasa ahora por tu cabeza, pero no me importa, solo quiero que estés conmigo. —Confesó, su miel en sus ojos topandose con el vacío profundo en los de He, tal vez, Guan Shan era como la miel que llenaba un frasco por completo, porque mientras en los ojos de Mo Guan Shan existía color, en los de He no.— Ha Sido difícil para los dos llegar a este punto, yo... Realmente me enojaría si empezarás a retroceder, si lo haces creo que podría romperte la boca.

Mad Dog. | TianShan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora