Cuidar.

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╰ひ╯

Los días siguientes habían sido iguales, con Mo Guan Shan persiguiendo de un lado a otro a un divertido pelinegro. Un susto a Mo por el hecho de que este una vez se le perdió repentinamente al girar la cabeza unos segundos, pero después logró localizar a aquel chico curioso en un puesto de helados.

Mo recuerda que ese día el de mayor altura le ofreció uno de los helados. Al principio no lo acepto pero después de todo tenía que hacerlo, si no aquel infantil hombre haría un berrinche.

El pelirrojo hizo una mueca al recordar aquello, había estado aguantando a He Tian unos días y aún no se acostumbraba. Así que por ello se encontraba ahora enfrente de aquel señor que le había contratado, o bueno, al menos uno de ellos.

— ¿Cómo han ido estos días, joven Mo? —pregunto aquel pelinegro de edad mayor, mirándole desde aquel escritorio.

— Han estado bien, señor He Cheng. —el menor se acercó sentándose en aquella silla enfrente del mayor.— He Tian ha estado bien, no ha faltado a clases, y no ha estado en ninguna pelea.

— Mhm. —He Cheng asintió, girándose en la silla.— Espero que no lo hayas molestado. — Pero si él es el que me molesta. Pensó Guan Shan, negando ante aquellas palabras.

El silencio se instaló en aquella habitación, hasta que Mo decidió preguntar.

— Disculpe... Si esto le molesta, pero he tenido una duda. —Al tener la mirada de aquel hombre encima suya, dio por sentado que ya tenía su atención.— ¿Qué acaso el maestro He Tian no tiene alguien que le cocine en el departamento?

Mo Guan Shan, sin saberlo, la había cagado.

╰ひ╯

Shan había estado esperando desde hace minutos afuera de aquella casa en las montañas, esperando que Tian saliera de aquella casa, ya que He Cheng le había mencionado a Mo que tenía que darle también una charla a su hermano.

Aquí se encontraban ambos hermanos pelinegros, uno con la mirada seria y el otro con cara de aburrimiento esperando que le diría.

— El señor Mo me dijo como has estado estos días. —habló Cheng después de un tiempo, cruzándose de brazos.— ¿Confirmas que has estado bien?

He Tian se tranquilizó más, sentándose de forma cómoda en el asiento, y sonriendo mientras miraba a otro lado.

— Claro que si. —respondió con simpleza.— La bola roja es divertida, hermano, es como una niñera.

Bromeó.

— De eso mismo te quería hablar, He Tian. —La voz del más mayor sonó más grave.— Lo has estado poniendo a cocinar.

— ¿Acaso eso no hacen los guardaespaldas? —comentó Tian, ladeando su cabeza con curiosidad.

— No. —carraspeó su hermano.— Me refiero a que prefieres poner a el joven Mo a cocinarte cuando sabes perfectamente que te puedo dar a alguien apto para eso. —Cheng vio como su hermano rodó los ojos, y como el ceño de este se fruncía levemente.— Padre y yo te lo daríamos, solo necesito saber porque no lo tomas en cuenta. Si necesitas algo sabes qu-

— No quiero nada de ese viejo.

— No seas terco... —Insistió He Cheng.

Mad Dog. | TianShan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora