Solo trabajo.

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╰ひ╯

Los pasos de los chicos se habían vuelto pesados, torpes y lentos. Por desgracia se les había pasado el número de alcohol que se atrevieron a ingerir en ese día.

Caminaban por el pasillo del edificio de departamentos hasta el elevador, habían ido primero en taxi hasta ahí porque Mo Guan Shan no quería arriesgarse a que tuvieran un accidente y menos a que le pasará algo a aquel chico pelinegro que lo acompañaba en esos mismos momentos.
   He Tian por su parte mantenía su brazo rodeando los hombros del pelirrojo, ya que estaba más ebrio que el otro. Esto debido a que al muy inteligente se le había ocurrido la grandiosa idea de ponerse a mezclar bebidas, lo cual, por lo visto, no salió nada bien. Le ardía la garganta y su mente no reaccionaba a nada, estaba tan en blanco que podría jurar que ahora mismo no tenía ninguna neurona en el cerebro. El rostro caliente y rojo de He Tian daba a explicar lo ebrio que estaba, junto a sus ojos cansados que miraban cada cierto tiempo al más pequeño.

Cuando ambos llegaron a el elevador, con ayuda de alguien que los miro y les tuvo lástima, Mo Guan Shan agradeció en un hilo de voz entrando al elevador con un pelinegro recargándose en la pared del lugar.

El pelirrojo estaba en medio del elevador tambaleándose levemente.

Los ojos de Tian en ese momento solo miraban a su guardaespaldas atractivo.

Sonriendo ligeramente se acercó por atrás, colocando una mano en su cintura y la otra en su pecho, manteniéndose atrás de él y pegando su cuerpo de más a el del otro mientras suspiraba en su oído, el otro, aún en su propio mundo, recargo su cabeza hacia atrás.

— No... Tambalesh. —Habló He, hipeando en el proceso mientras enterraba su rostro entre el cuello y hombro del otro.

╰ひ╯

Se aproximaron al departamento correspondiente del pelinegro, quien iba ahora caminando por su propia cuenta. Se tropezaba mucho, ya que no miraba el camino y mantenía su mirada en una sola cosa, en este caso, una sola persona.

He Tian estaba embobado. ¿Quién era el chico de adelante suyo?

Se dio cuenta de que el otro abrió su departamento con facilidad, ladeando la cabeza y mirando confundido.

¿Le di mis llaves? Pensó, para luego encogerse de hombros. No importa. Volvió a pensar para entrar a su hogar dando saltitos sonriendo.

— ... ¿P-por ke shonrie- —Mo hipeó.— Sonrieshh?

Tan pronto terminó la frase el pelinegro se aproximo a él, tomándolo del rostro y acercándose para dar besos en toda la cara del pelirrojo quien ni se inmuto ante aquello, solo frunciendo el ceño por la repentina muestra de afecto.

— ¡Sha séeeee! ¡Eresd M-Mo! —comentó en total felicidad mientras reía, besando mejillas, frente, nariz y mentón del menor.

— Ohhhhh. —el de cabellos rojizos soltó, alargando de más la expresión para relajar su ceño y elevar sus cejas al mismo tiempo.— ¡Sssoy Mho!

— ¡Mooo!

En esos momentos el más grande dejó caer todo su cuerpo sobre el otro, quien gritó al sentir que caía. Buena suya cuando cayeron justo en el sofá y no en el piso, ¿En qué momento habían llegado ahí? Ninguno se lo explicaba pero tan pronto como cayeron a salvo, He Tian admiró de forma detenida por primera vez el rostro de Guan Shan. Se veía tan suave aquella piel, He Tian no podía creer que alguien así trabajará para su familia.

Mad Dog. | TianShan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora