Avergonzado.

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╰ひ╯

Pasó días sin saber nada, ya casi se cumplía una semana desde que no lo había visto y el nudo en su garganta lo hacía pensar lo peor, incluso si hace dos días había comenzado a asistir a aquella academia, no podía concentrarse del todo, volteando a las ventanas en todo momento, mirando a todos lados y pensando que en algún momento obtendría una pista de aquel chico que quería, Mo Guan Shan estaba preocupado de que algo le haya pasado al pelinegro, y que nunca haya tenido oportunidad alguna de decirle como lo hacía sentir. Pero no creía que el otro haya desaparecido de la nada, no, He Tian se había estado obligando y esforzando mucho a encontrarlo como para irse de la nada, de eso estaba seguro, lo único de lo que temía es que el pelinegro fuera a desvanecerse por una bala o algo, algo que incluyera sangre en el proceso y algo que haría llorar al pelirrojo si llegaba a pasar.

— Mo Guan Shan. —las voces se escuchaban tan bajo, junto con los susurros que provenían de alguna parte, sus ojos de caramelo posados en la calle que estaba enfrente de la ventana a su lado, perdido en ella.— Joven Mo Guan Shan. —Otra vez, esa voz le estaba molestando y no lo dejaba pensar para nada tranquilo, si tuviera poderes haría a todo el mundo callarse.— ¡Mo Guan Shan!

— ¡Mierda! —Se sobresalto en su asiento mirando con el ceño al frente, topándose con la sorprendida mirada del docente enfrente suyo a unos cuantos metros.— Joder... ¡Digo! ¡Discúlpeme! —Se disculpó por las groserías, sintiéndose incómodo por las miradas encima suyo, le había prometido al señor He que se trataría de portar bien.

— Me decepciona que hable de forma tan grosera, si hay una segunda le sacaré del salón inmediatamente. —El casi regaño del maestro lo hizo fruncir más el ceño, junto a sus labios volteando levemente hacia abajo.

Que no fue mi intención... —murmuró, rascándose la nuca y escuchando el final "bien" por parte del viejo cascarrabias, quien continuó explicando su clase ignorando nuevamente al de cabellos rojizos, quien posó sus ojos en la pizarra volviéndose a perder en si mismo.

Si He Tian estudiara con él, estaba claro que se la pasaría burlándose de él, incluso le tomaría la mano si se sentaba atrás suyo o incluso a los lados o adelante, pero de que por algo lo regañarían, por algo lo harían.

Suspiró, deseando que tocase la campana para escabullirse a algún lugar escondido de aquella academia y no hablar con nadie, incluso algunas personas habían tratado de acercársele pero le ponía incómodo el como lo hacían.
Chasqueó la lengua volviendo su mirada por unos segundos a la ventana, notando lo tristes que estaban las nubes, recordando los ojos de Tian.

╰ひ╯

Las manos en el bolsillo lo hacían caminar sin necesidad de ponerse nervioso por no saber donde ponerlas. Los pasillos de aquella institución siempre se encontraban llenos de gente deambulando de un lado a otro, causando accidentes o gritando, haciéndolo querer con más razón escaparse de ahí. Sin embargo no podía, se había comprometido sin querer con aquella familia y aunque la mayoría del tiempo estaba bien con servirles, no quitaba el hecho de que se sentía obligado a algo. Tal vez era la presión que le generaban los sentimientos que tenía hacia el pelinegro que andaba tras de él, pero sea lo que sea, lo hacía sentirse fuera de lugar.

Mo Guan Shan a pesar de tener un carácter fuerte desde su adolescencia, no le iba para nada los temas de aquella mafia que, desgraciadamente, desconocía.

Pero dio un mordisco a su almuerzo tratando de enfocarse en otra cosa, por supuesto que no podía faltar su sándwich. El Señor He se había ofrecido a pedirles a las muchachas que cocinaban que le prepararan algún desayuno variado cada día, el pelirrojo en ese momento avergonzado por recibir tantas atenciones se negó sin dejar que le dejaran de cambiar se opinión, no quería molestar a ninguna persona poniendo obligaciones que no debían existir. Shan no pertenecía a aquella familia y no tenía ningún derecho de tratar a otros trabajadores como si el no fuera uno, conocía su lugar, a tal punto que se sentía raro cuando tanto el viejo He como el más joven le ponían en un lugar tan alto que parecía que se merecía todo eso.

Mad Dog. | TianShan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora