Tiempo juntos

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En otra parte del mundo, Karely volaba distraida buscando una explicacion a esas grandes preguntas que la atormentaban desde que Víctor la visito esa tarde, en realidad tenia una ligera idea de para que quería la fotografía y esa era razón suficiente para evitar ir al taller de Norte.

-El taller de Norte esta hacia el otro lado-dijo Jack interrumpiendo sus prensamientos.

-En realidad no se si quiero ir-respondió ella.

La verdad es que no se veía tan alegre como siempre y para Jack eso era obvio, no le gustaba verla tan deprimida, debía hacer algo para animarla.

-Que tal si te acompaño-dijo el-congele algunos duendes en el taller...no creo que me reciban muy bien.

Ella río alegremente y acepto, tal vez su compañía alejara un poco su mente del asunto. Juntos volaron usando sus poderes para divertirse toda la noche, jugaron con la nieve, compitieron haciendo piruetas en el aire e incluso hicieron que una pareja resbalara en el hielo.

-Que tiernos-dijo Karely viendo como un chico ayudaba a su novia a levantarse después de que se resbalaron en el hielo de Jack.

-Supongo-respondio Jack, pero el no veía a la pareja, el estaba viendo a Karely-y que tal si nevara.

Al instante comenzó a caer nieve, la pareja se marcho abrazados, pero Karely y Jack se quedaron en ese mismo parque recargados en un arbol cubierto de nieve.

-Gracias por acompañarme-dijo Karely apoyando su cabeza en el hombro de Jack-era justo lo que necesitaba.

-No fue nada-respondio el abrazándola y entrelazando su mano con la de ella-pase tanto tiempo solo, que...digamos que me agrada tu compañía.

Fue cuando ambos se miraron a los ojos acercándose mas uno al otro, ella había olvidado todo el asunto de Víctor y la fotografía, solo podía pensar en Jack, mientras el no había podido dejar de pensar el ella, se habrían besado en ese mismo momento, pero...en el cielo se extendía la aurora boreal, los estaban llamando y esta vez no podían ignorarla.

-Tenemos que ir-pregunto Jack juntando sus frentes.

-Supongo que si-respondio ella cerrando los ojos, en realidad no quería ir, pero tenia que.

Juntos, se levantaron y volaron hasta el taller tomados de la mano, era algo que simplemente ninguno de los dos quería dejar de hacer, de algún modo querían seguir juntos enfrentando lo que pudiera pasar en el taller, fuera lo que fuera.

La luna me enviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora