{04}

57 9 2
                                    

Los gritos de desesperación de la señorita Larsson de tornaron en llantos llenos de lamento por la inesperada desaparición de su hijo. Todo era demasiado confuso.

—La dama de compañía de Olivier lo fue a ver como de costumbre, pero abrió la puerta sus fosas nasales fueron invadidas con un fuerte olor como a la sal según lo que dijo—explicó secando sus lágrimas—. Y también hay decenas de rosas blancas por toda la habitación, pero la ventana ni siquiera estaba rota, solo había sido abierta.

—¿Se refiere a que la ventana no fue abierta a la fuerza, ni rota?

La omega asintió aún secando sus lágrimas.

Erik volteó a ver a sus hermanos que estaban igual de confundidos que él, pero dejaron a su padre hablar con la omega mientras ellos subían hasta dichosa habitación del Lord Larsson, sin embargo al abrir la puerta la cerraron de inmediato por el fuerte olor a sal que los mareó por unos segundos.

—Esto claramente es de un Shinria ya maduro—dijo Felix apareciendo de repente tras ellos—. Antes de entrar recuerden tapar su nariz con su pañuelo o caerán inconscientes tal y como sucedió con el Lord Larsson anoche. O bueno Erik puede solo ponerse el brazo por esas mangas.

El mencionado rodó sus ojos y sacó el dichoso pañuelo de entre su ropa y lo colocó en su nariz, sin embargo el aroma aún persistía al punto de desconcertarlos un poco.

El lugar estaba lleno de rosas blancas y tal como se había dicho la ventana no había sido forzada, todos tenían una sola cosa en mente y esta era que el Lord Larsson ya no podría ser recuperado puesto a su captura por un Shinria.

—¿Y qué pasará con Larsson?—preguntó Joel, uno de los hijos de Felix.

—Pues tal vez fue devorado o solo fue raptado para quién sabe qué cosas—tomó unas de las rosas y se giró hacia el mayor de sus hijos—. Erik, tú por otro lado deberás cortejar a otro omega pronto.

—Espera, ¿Así por así? ¿Ni siquiera esperaremos a que pase un poco de tiempo?—exclamó Erik—. La temporada acaba de iniciar y no creo que sea apropiado cortejar a alguien más cuando quien sería mi esposo acaba de ser secuestrado por un Shinria.

—Eso no fue una pregunta

Indignado, chasqueó su lengua y volteó a ver una rosa en específico. Una que estaba sobre la cama del Lord Larsson, se acercó a esta y la tomó sintiendo un aroma a regaliz, algo claramente extraño tratandose de una rosa blanca. Volteó a ver hacia su padre y hermanos quienes estaban distraídos en algo más y guardó la rosa entre sus ropas, pero al agacharse sintió el mismo aroma a regaliz sobre las sabanas.

—Iré a casa—dijo Erik sin siquiera esperar alguna respuesta.

Salió de la mansión en dirección hacia donde estaba su caballo y montó al lomo del semental para dirigirse hacia la playa, siendo específicos, a la parte que conectaba al bosque. No tenía una idea clara de qué haría, pero una parte de él le insistía en ir allá. Al llegar a ese lugar su caballo se alteró e insistió en retroceder por más que él intentara controlarlo hasta que cayó en la arena viendo como el animal corría despavorido al punto de desaparecer de su vista. A diferencia ahora tenía algo más en su vista y aquello era una silueta que caminaba de forma lenta hacia él.

Entre aquella silueta pudo diferenciar su enorme altura que parecía crecer con cada paso que daba, su cabello era tan largo que llegaba hasta sus rodillas y en sus manos yacían garras que podría medir hasta unos diez o doce centimetros, podía incluso notar como sus ojos brillaban de un color rojo vivo que se mezclaba un tanto con el naranja y amarillo, como si del color del fuego se tratase.

The pleasure of darkness [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora