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Por un par de segundos todos los sonidos alrededor de Erik parecieron ser simples murmullos casi inaudibles.

No podía creer a quién estaba viendo, la persona que sería su prometido y que por sorpresa para él sí estaba vivo.

Las miradas de ambos mostraban asombro y preocupación, pero solo uno de ellos se atrevió a caminar en dirección al otro. Olivier, se dirigió a pasos lentos hacia Erik bajo la atenta mirada de su destinado y la de Ludvig al punto de crear un ambiente tan tenso que lo demás Shinrias allí no tuvieron más opción que irse teniendo en mente la posible pelea que podría empezar.

Con su delgada mano, Olivier tomó una de las manos de Erik y apretó levemente esta para seguido mirarlo a los ojos de nuevo. Olivier se acercó al oído del contrario y mirando a Ludvig, habló:

—Sígueme la corriente, hay una forma de huir.

Erik vio aterrado a Olivier quien cambió su mirada al ver como Erik negaba con una mirada que solo decía una palabra: Imposible

Y a decir verdad, lo era puesto que estaban rodeados de miles de Shinrias que se eran leales los unos a los otros y que ya han experimentado el intento de escape de algún destinado.

Era casi imposible huir de ahí siendo de día como minimo y además estaban los Shinrias que resguardaban el bosque, sentados sobre las copas de los árboles que más grandes, o sea los que estaban primero antes de entrar al bosque. Era casi imposible salir de allí, pero debía haber una salida—. pensó Erik.

—Ludvig ¿Crees que-

—No—interrumpió Ludvig antes de siquiera saber sobre la pregunta de Erik mientras veía las frutas frente a él—. Aquí no hay de lo que necesitas, despídete y nos vamos.

Pero sabiendo como es Ludvig ni siquiera dejó que Erik se despidiera cuando fue repentinamente cargado y sacado de aquel lugar viendo como ultima cosa a Olivier siendo tomado de su brazo por el otro Shinria que estaba allí, pero la vista no mejoró cuando volteó hacia adelante, varios Shinrias de diversos colores estaban a su alrededor, sin embargo ninguno parecía poner especial atención al hecho de que allí había un Olsson que había sido entrenado casi toda su vida con técnicas perfectas para poder matar a la mayoría de criaturas.

Rendido, Erik volvió a hundir su cabeza en el cuello de Ludvig, sintiendo como él soltaba una risilla pues a decir verdad solo estaba logrando lo que quería, que Erik se quedara quieto de alguna forma u otra.

Tras un par de minutos Erik pudo sentir como el calor del sol se iba gradualmente hasta hacerlo salir de su "escondite", sin darse cuenta ambos ahora estaban adentro de otra de esas enormes casas medievales o al menos así las empezó a apodar él, pero a diferencia de otras, en esta se podían sentir diversos aromas. Al fondo podía ver diversas calderas enormes y a algunos Shinrias sirviéndose de esas, para Erik era tan extraño verlos actuar tan ¿Civilizados? Cuando él siempre creyó que los Shinrias al no comer animales por su parte élfica solo tomaban un poco de hierba cualquiera y lo comían o tenían humanos muertos o moribundos en sus casas en los árboles.

—Baja—habló Ludvig, pero su voz gruesa retumbó en la cabeza de Erik, haciendolo sentir un escalofrío que recorrió su cuerpo aunque de igual forma obedeció.

Ludvig, con la fuerza necesaria para no lastimarlo, tomó la muñeca de Erik para basicamente arrastrarlo hasta donde estaban esas calderas. Estando allí los aromas se intensificaron, así como el ligero calor que no llegaba a molestar gracias al clima.

—Puedes elegir lo que quieras, hoy hay mezclas de varios países.

—¿Vegetarianos?

—Sabes que sí, aquí no se consume carne.

The pleasure of darkness [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora