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Los copos de nieve caían una y otra vez chocando con el metal de la armadura que le protegía de la nieve para no terminar con más cicatrices o heridas de muerte.

―No debe de estar en la casa familiar y de ser así sería muy estúpido de su parte. Pueden estar con algún amigo de la familia, además de Warzone, no hay nadie allí―susurró Linus, un Shinria de tierra quien a diferencia de Ludvig no se veía en la necesidad de llevar una armadura, pero sí una capa que le abrigara―. Esta vez es más que diferente, ellos… alteraron nuestro veneno para hacerlo más fuerte y quien sea que sepa de esto definitivamente ha de haber convivido con un Shinria durante un tiempo.

―Pero al menos unos noventa, sí no es que más, destinados han escapado para nunca ser vistos de nuevo.

―¿Recuerdas lo ocurrido en mil setecientos veintiuno?―Ludvig soltó un gruñido con solo recordar dicho año―Existe la sospecha de que se llevaron a algunos Shinrias a Inglaterra.

―Mejor… solo busquemos bien, no lo debieron haber sacado de Uppland tan rápido y menos con ventisca y caballos con frío.

―¿Y por qué no se llevaron al tuyo, a Larsson?

―Porque no salió… y estaba dormido, aún debe de estarlo.

―De todas formas sugiero que busquemos en la mansión Olsson, allí puede haber algo que nos lleve a él.

Linus asintió antes de redirigir su mirada al techo lleno de nieve de las mansiones, pero aquel que más destacaba era el de la mansión Olsson gracias a las capas de sal que ponen sobre el tejado.

Antes volver a ponerse en movimiento humo negro empezó a salir de sus poros hasta cubrirles por completo incluso la ropa.

El trapo frío sobre su frente le despertó mas al abrir sus ojos todo estaba oscuro y apenas podía ver una silueta frente a él, era persona de cabello largo y abundante, eso hizo que de inmediato pensara en Ludvig aunque de igual forma era imposibl...

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El trapo frío sobre su frente le despertó mas al abrir sus ojos todo estaba oscuro y apenas podía ver una silueta frente a él, era persona de cabello largo y abundante, eso hizo que de inmediato pensara en Ludvig aunque de igual forma era imposible que fuera él puesto que no había un embriagante aroma a avellanas.

De forma casi inmediata una vela fue encendida y acercada ligeramente a su rostro, pero aún así seguía sin poder ver de quien se trataba mas a juzgar por sus manos supo que se trataba de una mujer, quizá una criada.

―¿Erik, me puedes ver? Soy Stella…―susurró acercando más la vela hacia su hermano, hasta parecía querer quemarlo.

―Me vas a quemar…

―¡Oh! Lo siento.

Erik negó soltando una risilla mientras intentaba sentarse, no obstante su cuerpo ni se inmutaba en responder por más que lo intentara hasta que se cansó y buscó con su mirada el rostro de su hermana, pero tampoco lo podía ver gracias a la baja flama de la vela.

―¿Dónde estamos? Apesta a humedad.

―¿Qué es lo último que recuerdas?―Erik no hizo más que guardar silencio ante la pregunta―. Entonces no te responderé en dónde estamos.

The pleasure of darkness [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora