¿Alguna vez has querido escapar? ¿Dejar todo atrás y simplemente irte, a un lugar donde nadie sepa tu nombre, donde poder empezar de nuevo? Eso era lo único que yo podía pensar. Lo que deseaba y anhelaba más que nada y nadie. Pero sólo era una niña dependiente, que le faltaban dos años para cumplir la mayoría de edad.
Mi nombre es Natasha Romanoff, pero mis amigos solían llamarme russian princess. Si, solían... Desde la muerte de mi padre, me alejé; de todos ellos. La única que se quedó; a mi lado fue Maria, mi mejor amiga. Vivo con mi hermana y mi madre, mi madre casi nunca está; en casa por asuntos de trabajo o eso dice. Mi hermana se llama Yelena, dos años mayor que yo, es una hermosa chica de último año y todos los chicos y chicas del Marvel High School mueren por ella. Si supieran lo irritable que puede llegar a ser a veces, no lo harían. Ella es una de las personas que más quiero en el mundo, así ya no seamos tan unidas como antes. Ella es popular, querida... Y luego estoy yo, su hermana pequeña. Pues así; me conocen en la escuela "La hermana menor de Yelena"; A veces algunas chicas se me acercan para preguntarme a dónde irán Yelena y sus mejores amigos el fin de semana. Sí, Yelena y sus mejores amigos son inseparables. Wanda, Steve y Visión, posiblemente lo más deseados de la escuela, los chicos que siempre están metidos en mi casa. Son buenos chicos, antes también éramos unidos y solían llamarme enana al igual que mi hermana. Les tengo mucho cariño, pero luego está ella, Wanda, la chica que siempre he querido. La chica más hermosa del planeta, con la que he soñado miles de veces con sus hermosos ojos verdes y su hermoso cabello castaño. Ella es tan especial, pero nunca se fijaría en mí. Hasta las universitarias mueren por ella y cada vez que está ella en casa con mi hermana, habla de cuantas se lleva a la cama. Es desagrable escucharlas hablar así, claro cuando éramos más unidas nunca nombraban nada de eso en mi presencia. Por eso siempre que vienen estoy encerrada en mi cuarto con la música a tope.
Wanda es la persona que jamás sale de mi cabeza, aparte de papá claro. Es que recuerdo perfectamente ese 16 de Abril, cuando yo tenía tan sólo trece años y estaba sola en casa, ella llegó y...
-¡Wanda! ¿Qué haces aquí? ¿Sabes la hora que es? Mi hermana no está... -Dije, mirándola fijamente. Estaba toda mojada debido a la lluvia, se veía tan hermosa así...
-No vengo a ver a tu hermana. Vengo a verte a ti. -Dijo acercándose a mí.
-S-sí? -Dije, mi corazón latía con tanta fuerza que se podía salir en cualquier momento. Ella se acercó a mí lo suficiente como para sentir su respiración, cada vez se acercaba más... Maldita sea, como deseaba esto. Estaba feliz. Muy feliz... Ella iba a besarme, Ella... Y me besó. Sus labios eran tan suaves y podría jurar que nuestras lenguas encajaban perfectamente. No podía explicar lo que sentía en ese momento, nunca había estado tan feliz. Pronto nos alejamos y juntamos nuestras frentes mirándonos. Ella sonreía al igual que yo.
-Eres hermosa, rubia.
Sí, eso fue hace tres años y lo recordaba perfectamente. Probablemente ella no, no sé si significó algo para ella, pero para mí sí y mucho. Días después de ese beso, pasó el accidente de mi padre y simplemente me alejé de todos. Recuerdo las veces que ella vino a abrazarme, a estar conmigo que fueron las mismas veces donde le grité que me dejara sola, que no la quería ver, que no quería ver a nadie. Y me convertí en esa chica depresiva y callada.
Años después, todos parecieron superarlo, menos yo. Necesitaba a mi padre, lo necesitaba más que nada. Ojalá pudiera atrasar el tiempo y nunca lo hubiera dejado salir ese día. Pero pasó y no importa cuántas veces grite, llore o patalee que lo quiero aquí conmigo, no pasará.
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Eres mía, rubia; Scarletwidow [ACTUALIZACIONES LENTAS]
FanfictionNatasha Romanoff y Wanda Maximoff. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. Wanda era dueña...