Pude ver la sinceridad en su mirada y mi corazón latía como loco.
Ella me tomó de la barbilla y me obligó a mirarla, se acercó y con sus dedos quitó las lágrimas que se refugiaban en mis pestañas y la besé, dándole todo el amor que sobresalía de mis poros. La besé como ella me besaba a mí, demandante, posesivamente y como ella era con respecto a mí, egoísta.
Mientras que sus manos recorrían mi espalda, apretándome contra ella y disfrutaba que ella me necesitara tanto.
Estaba besándola muy tiernamente cuando ella se giró violentamente, dejándome bajo su cuerpo y volvió a besarme, su lengua danzaba sobre la mía.
-Te quiero, Nat. Nunca lo dudes. - dijo contra mis labios.
•••
Los días pasaban y Wanda y yo éramos inseparables.
Fiestas, prácticas con la banda, clubes, películas, comidas, playa, parque de diversiones (me costó convencerla). Todo venía incluido con besos, abrazos y caricias.
Cada día la conocía más y cada día dejaba que me conociera más. Ella sabía mis preocupaciones, mis inseguridades, mis miedos, mis sueños, todo acerca de mi.
Entonces es cuando me doy cuenta. Estaba atrapada en un hoyo, donde no podía salir. Como si gritara y nadie me escuchara.
Sin mi padre, sin mi hermana, sin mi madre, sin mis amigos.
Solo yo, Natasha Romanoff. Deprimida y sola. Queriendo tan sólo alguien a quien importarle, alguien que esté siempre ahí para mí.
Y luego aparece Wanda. La razón por la cual me mantengo. fuerte y sonrío. Wanda, la que me hace sonreír sin ni siquiera intentarlo.
Tengo miedo de alguna vez perderla, pero disfrutaré cada momento a su lado y daré lo mejor de mí.
Porque estaba claro que nuestra manera de querernos, eso no se podía conseguir, eso se tiene o no, y nosotras lo teníamos.
Clint tenía una casa en la playa que podía usar el fin de semana. A Maria se le ocurrió la gran idea de invitarnos a Wanda y a mí.
"Sería perfecto para nosotras, muy relajante. Además, con nuestras parejas." Esas fueron las palabras de mi mejor amiga, y para ser sincera, no me molestaba la idea.
Tenía ya todo listo para irme, le di un vistazo a mi cabello por última vez y bajé a tomar un poco de agua mientras esperaba a Clint y Maria.
-¿Puedo hablar contigo? - preguntó mi hermana sentándose en la mesa conmigo. Asentí con la cabeza.
Yelena y yo no nos veíamos mucho, sólo cuando estoy en casa, que es casi nunca.
-¿Qué le pasa a mi hermana? Nunca estás en casa.
-Me pasa algo llamado vida social, Yelena. Déjalo, ¿sí?
-¿Estás con alguien? - dijo y casi me ahogo con el agua. Oh, Dios.
-N-no... - dije evitando su mirada.
-Sí. Lo estás. - maldita sea, esto era estresante.
-¡Que no lo estoy, maldita sea! ¿Podrías por favor dejar de meterte en mi vida? - grité.
-¿Por qué estás así, Natasha? - dijo parándose y agarrándome de la barbilla para que la mirara. - ¿Es que acaso ocultas algo? ¿Eh, hermanita?
-No estoy ocultando nada. - dije intentando soltarme.
-Sí, lo haces. Ahora mismo estás tan jodidamente nerviosa.
-¡Alejate! - dije empujándola.
-Natasha... - dijo acercándose nuevamente. - ¿Con quién estás saliendo? Dime.
-¡Me enfermas, Yelena! ¿Podrías por favor dejar de preocuparte de lo que hago, o dejo de hacer? ¡Maldita sea! ¿Quién te crees? ¿Mi madre?
-Soy lo único que tienes. - dijo más calmada y sentándose de nuevo.
-No estoy saliendo con nadie, ¿si? - dije acercándome y dándole un abrazo. Lo que sea para que mantenga la calma.
La relación entre mi hermana y yo era tan extraña. Me gustaba saber que era importante para ella, pero, joder... No soy su hija.
Clint y Maria habían llegado, cogí mis cosas y las guardé en el auto. Me despedí de mi hermana y me subí al auto.
Me sentía completamente mal. Le había mentido a mi hermana, pero no tuve la valentía de decirle la verdad.
Escuchaba a Clint y Maria hablar, pero yo no decía ni una sola palabra. Estaba tan perdida en mis pensamientos.
Llegamos a la casa de Wanda y no me molesté en bajarme del auto. Sólo me quedé ahí. Vi como Clint bajó a ayudar a guardar algo a Wanda en el baúl.
-Hey, rubia. - dijo Wanda ya a mi lado dándome un beso en los labios.
-Hey. - dije y bajé mi mirada.
-No sé qué le pasa a esta chica, pero ha estado así todo el camino. - gracias, Clint. Ahora empezaría el interrogatorio.
-Pequeña... - dijo Wanda tomando mi mano pero yo la solté.
-Ahora no. - dije apoyando mi cabeza sobre la ventana.
Sería un largo camino.
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Eres mía, rubia; Scarletwidow [ACTUALIZACIONES LENTAS]
FanfictionNatasha Romanoff y Wanda Maximoff. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. Wanda era dueña...