¿Ella había dicho eso? ¿Ella..? Nos quedamos mirando fijamente. Yo no sabía que decir. "Oh, yo también Wanda. Incluso estoy enamorada de ti." "Desde que me diste ese beso no he podido dejar de pensarte." No. No, imposible. Ella dejó de mirarme.
-Tu hermana debe estar al borde de la locura. Vamos. - Dijo seca y empezó a caminar. ¿Qué le pasa?
Yo la empecé a seguir, ella ni siquiera volteó a mirarme. No sé por qué se puso así, me dice que me extraña y al rato, me trata como una completa desconocida. Llegamos a casa y Yelena se acercó a nosotras.
-Nat, ¿podemos hablar? - Dijo Yelena con su cara de arrepentida.
-No. No tenemos nada que hablar. - Dije entrando a casa.
-Natasha, por favor...
-Déjala, Yels. Mañana hablas con ella, no creo que ninguna chica querría hablar contigo después de como la trataste. ¡Y mucho menos tú hermana! - Dijo Wanda mirándome. Gracias, gracias, gracias.
-Fue un impulso yo...
-Pues deberías trabajar en eso. En serio la jodiste.
Ya no quería estar ahí, quería encerrarme en mi habitación y no saber más nada. Pero antes...
-Wanda, gracias. - Dije seca y subí a mi habitación.
Wanda.
-Ya me tengo que ir, tengo que practicar con la banda. - Le dije a Yelena. Nos dimos nuestro típico abrazo de hermanas y me subí a mi moto.
Iba tan rápido. Siempre voy así cuando siento de todo, menos felicidad. Y ni siquiera sé que mierda estoy sintiendo. Natasha, Natasha, Natasha... ¿Por qué mierda no me la puedo sacar de la mente?
Llegué al lugar donde siempre practicaba con mi banda. Hoy no teníamos que practicar, sólo no quería volver a casa ahora y sé que Thor estaría ahí. Patee la puerta, cogí las baquetas y las tiré hacía la pared.
-Eh, eh, ¿qué pasa? - Dijo Thor recogiendo las baquetas - Cálmate hermana, vas a arruinar todo aquí.
-Soy una imbécil. Ahora sí que lo jodí todo.
-¿A qué te refieres?
-¿A qué mierda crees que me refiero?
-Natasha... ¿Qué pasó ahora?
-Ella llevó a un chico a casa y lo subió a su habitación. No estuvo ahí todo el día, ¡llegó con él! Cuando ese imbécil se fue, Yelena se puso como loca y sé que a ella le encanta molestar a su hermana, siempre lo ha hecho. Le dijo que si no podía tener una noche de diversión como las de ella. Sabes cómo es Yelena, se puso como una maldita loca y le dijo que era una puta. Bueno, ella antes de que lo dijera le dio una paliza, lo único que podía pensar era ¡esa es mi chica! Hasta que la vi llorando, no pude aguantar verla así. La saqué de ahí lo antes posible, empezamos a hablar y le dije que la extrañaba, joder.
-¿Qué te dijo ella?
-Ella no me dijo una mierda.
-¿Cómo?
-Sí, no me dijo una mierda. Después le dije que nos teníamos que ir y empecé a caminar dejándola atrás. Cuando llegamos Yelena la empezó a molestar y yo la defendí. Sólo me dijo un "Gracias" de esos fríos como toda la mierda que dice.
Thor sacó dos cervezas y me entregó una.
-De acuerdo a lo que dijiste antes, ella no es tu chica.
-Lo sé. Gracias por recordármelo.
-No entiendo, puedes tener a cualquier chica y sólo estás detrás de una de dieciséis años que ni siquiera te habla.
-He intentado olvidarla todos estos putos años y no puedo. Ella lo es todo.
-Quien iba a pensar que Wanda iba a estar enamorada. - Dijo riendo.
-No tienes idea de cuánto la odio. Mierda, la odio por desearla tanto.
Natasha.
-¿En serio tu hermana te dijo eso? Qué idiota. - Dijo Maria. Estábamos en su casa comiendo helado mientras veíamos televisión.
-Sí y Wanda me defendió. - Ella enseguida soltó la cuchara.
-ESCÚPELO NATASHA. ¿Qué te dijo? ¿Qué pasó?
-Cuando Yelena me dijo eso, la abofetee. Me dolió mucho eso y me puse a llorar, ya sabes, me conoces. Wanda me agarró de la mano y me llevo afuera, empezó a caminar y nos sentamos en una banca. Yo sólo lloraba y ella me abrazó, me llamó pequeña y...
-¿Y QUÉ NATASHA?
-Me dijo que me extrañaba. - Maria abrió la boca y empezó a saltar.
-¡Te lo dije! Esa chica muere por ti. ¿Y tú que le dijiste?
-Nada... No le dije nada. Las palabras no salieron de mi boca.
-Juro que ahora mismo te mereces una paliza como la que le diste a Yelena ayer. - La aniquilé con la mirada.
-El punto es que después me empezó a tratar seco.
-¡Pues claro! Se sintió como una imbécil porque no le dijiste nada.
-Ya dejemos de hablar de Wanda. Ven, quiero presentarte a alguien.
Había quedado con Clint en el mismo café donde nos conocimos. Cuando llegamos él estaba ahí sentado.
-Nat, mira ese chico de allá. Qué hermoso.
-Es él a quien te presentare.
-Natasha, ¡mierda! ¿Me veo bien?
-Sí, siempre. Ahora vamos.
Llegamos y Clint se quedó paralizado al ver a mi amiga.
-Clint, Maria. Maria, Clint.
Mi amiga estaba muerta por él. Se le notaba. Sólo tenían que conocerse más. Harían muy linda pareja.
Después de comer, Clint se ofreció a acompañar a Maria, ya que vivían en la misma calle.
-¿No nos acompañarás, Nat? - Preguntó Clint.
-No, iré a casa. - Dije guiñándole el ojo a lo que él sonrió.
-Cuídate amiga, me llamas cuando llegues a tu casa.
-Sí, tranquila. Nos vemos después.
Y así empecé a caminar a casa. Cómo me gustaría saber manejar y tener mi propio carro, pero sería un desastre. Mierda... ¡Mierda y más mierda! ¿Es que eso acaso fue una gota? Sí. Empezó a llover. Corrí lo más rápido que pude a casa, pero dio igual. Ya estaba toda mojada. Llegué a casa, me quité la bufanda y el gorro que tenía y lo tiré en la sala. Fui a la cocina para servirme chocolate caliente.
-¿Es que no pudiste pedir un taxi o algo así? - Esa voz la reconocería en cualquier lado.
-Ya me había acabado todo el dinero. - Dije mirando a Wanda apoyada en la puerta.
Ella rió y se me acercó.
-Niña tonta.
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Eres mía, rubia; Scarletwidow [ACTUALIZACIONES LENTAS]
FanfictionNatasha Romanoff y Wanda Maximoff. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. Wanda era dueña...