Capítulo 8

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Sonreí, ella no quería que me fuera. La apreté más contra mi pecho.

-Tu hermana ahora vendrá a ver que me pasó, lo sé.

-No me importa mi hermana ahora mismo.

-Sabes que pronto tendrás que arreglar todos tus problemas con ella, rubia.

-No hablemos de ella, me enferma. ¿Todavía cantas, Wanda?

-Sí, incluso he escrito bastantes canciones. - Ella sonrió.

-¿En serio? ¿Me las podrías mostrar algún día? - Dijo emocionada. Si supiera que las escribo para ella...

-Claro que sí. - Dije dudosa.

-¿Natasha? -Dijo Yelena desde afuera.

-Espera, yo resuelvo esto. - Me separé de ella y fui a abrir la puerta.

-¿Qué mierda estás haciendo aquí, Wanda? Oh Natasha, ¿ahora es una rutina meter a todo el mundo a tu habitación? - Dijo mirándola. No voy a dejar que le hable así.

-Allá abajo estabas diciendo lo muy imbécil que has sido con ella. ¡Y mira! Lo sigues siendo. ¿Cómo le puedes hablar así? Controla tus malditos impulsos, Yelena. - Ella bajó la mirada y le pegó a la pared antes de salir y cerrar la puerta de un portazo.

-Ella tiene que aprender a controlarse. - Dije mientras me sentaba a su lado.

-Supongo... - La abracé.

-Nada de lo que dice es verdad. - Dije dándole un beso en la cabeza.

-Gracias, Wanda.

-¿Por qué?

-Por escucharme y comprenderme.

-Siempre que necesites a alguien puedes buscarme. - Ella sonrió. Verla sonriendo me hace sentir tan completa.

Natasha.

Después de que Wanda se fue, lo primero que hice fue llamar a Maria y contarle. Ella no dejó de decir lo linda que había sido conmigo y yo estaba de acuerdo con eso.

Me bañé y me cambié para dirigirme a la escuela. ¡Quería verla! Sí, eso quería. Ignoré a mi hermana por completo que me llamó varias veces desde la cocina y empecé mi camino hacia la escuela. Minutos después llegué y me acerqué a mi amiga que estaba en la salida esperándome.

-Amiga, ¡hoy saldré con Clint! - Dijo abrazándome feliz.

-Sí, ya lo sé. Ayer me lo dijiste como, ¿mil veces? - Dije riendo.

Entramos a la escuela y empezamos a guardar nuestros libros. Los pasillos estaban llenos, como todos los días. Unos se besaban, otros hablaban y otros estudiaban.

A lo lejos pude ver a un chico alto, cabello rizado negro y ojos oscuros que me pareció bastante conocido.

-¿Ese no es Bruce? - Dijo mi amiga mirándolo. ¡Cómo olvidarlo! Banner, uno de los enemigos más grandes de mi hermana y sus amigos. El año pasado se había ido a New York con su madre, pero al parecer volvió y se quedará. Sólo espero que no tengan problemas como alguna vez los tuvieron. En especial Wanda, que a veces puede ser muy agresiva.

Hablando de Wanda, venía caminando e ignoró a Banner y todas las personas que tenía a su al rededor, siguió caminando y me miró. Sonrió y se acercó a mí.

-Buenos días, linda.

-Buenos días, Wanda. - Dije sonriendo. Ya me imagino como estarían mis mejillas de rojas.

-Ay amiga. No puedes estar más enamorada.

-¡Mira quién habla! - Dije riendo.

Pronto sonó el timbre. Hora de empezar las clases.

Después de varias horas de aburridas e infernales clases, ya nos encontrábamos en la hora del almuerzo. Estaba sentada en una mesa con Maria mientras miraba a Wanda y ella una que otra vez me regalaba una sonrisa, yo se la devolvía. Aunque Jennifer estaba con ella a su lado. Pero no debería hacerme ilusiones, yo para ella sólo soy la hermana de su mejor amiga. Nada más.

Bruce entró con unas cuantas chicas a su lado, todos se fijaron en él.

-Todas parecen idiotas detrás de él. - Dijo Maria mientras comía.

-Lo sé. Espérame, botaré esto. - Cogí mi bandeja y me levanté. Cuando la boté, sentí una mano en mi hombro y volteé.

-Natasha, sigues siendo la misma chica hermosa de siempre. - Dijo Banner sonriéndome.

Eres mía, rubia; Scarletwidow [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora