Suspiré. Clint y Maria no dejaban de ser extremadamente cariñosos.
-Lo que Nat tiene que hacer es ponerse jodidamente sexy para esa fiesta y conseguir un chico o una chica - Dijo Clint. Ya era mucha la confianza con Clint que le había hablado de mis preferencias.
-Sí y lo que probablemente consiga es a alguien diciéndome que si en su casa o en la mía o en el baño. ¡Vamos Clint!
-Oh, tienes razón. Igual mueres por Wanda y no te fijarás en nadie más. Cuando te digo que esta chica está enamorada, es porque está enamorada. - Le dijo Maria a Clint señalándome.
-¿Ella ira a la fiesta con tu hermana? - Dijo el.
-No, por eso no estoy preocupada. Ellas odian a Bruce, no irían a esa fiesta jamás.
-¿Pero ellas no estarán en casa? Digo sabes cómo se pondría tu hermana si te ve salir. - Dijo Maria preocupada.
-No lo creo... Ella nunca está en casa un viernes por la noche.
-¿Irás conmigo a la fiesta? - Le dijo Maria a Clint mientras le hacía carita de perrito.
-Claro que sí, hermosa. - Y le dio un beso en los labios.
-Pero sigo aquí, eh. - Dije y ellos empezaron a reír.
Seguimos hablando y alguien entró al café. Voltee a ver quién era y ahí se encontraba Bruce, que nos miramos fijamente y ¡mierda! Venía a saludarme.
-Hola. - Les dijo a Maria y a Clint, a lo que ellos respondieron igual. - ¿Me la pueden prestar un momento? - Ugh. Ahora qué me iba a decir. Él me llevó afuera y empezó a hablar.
-¿Si irás? Muero porque estés ahí y bailemos toda la noche.
-Sí, supongo.
-Bueno entonces, te veo ahí preciosa. - Dijo dándome un beso muy cerca de los labios y se fue. Me dirigí donde mis amigos y ellos me empezaron a molestar por lo sucedido, al parecer, lo vieron todo.
-¿Entonces a qué hora las paso a recoger hoy? - Dijo Clint mientras pagaba.
-A las nueve está bien. - Dije y nos subimos en su carro, él nos dejaría en el centro comercial para elegir lo que nos pondremos hoy.
Maria se despidió de Clint con un beso y entramos.
-Vaya y después la enamorada soy yo. - Dije y ella empezó a reír.
Después de ir a casi todas las tiendas, ya Maria había encontrado lo que quería y yo me estaba probando el último vestido.
-¡Vamos, sal! Sé que te quedará perfecto.
Salí y sí. Me quedaba perfecto. La cara de Maria lo decía todo. Era un vestido negro, se podían ver mis curvas y era algo corto.
-¿No te parece que está muy corto, Maria? Podríamos elegir otro...
-¡No, no y no! Ese está perfecto.
Lo pagamos y nos dirijimos a mi casa. Allá Maria me maquillaría, ya que ella es una experta en eso.
Cuando llegamos nos metimos en mi habitación y nos empezamos a arreglar. Pusimos la música a todo volumen, al fin y al cabo estábamos solas en casa.
Ella ya estaba terminando con mi maquillaje y no dejaba de decir lo perfecta que me veía.
-¡Si me pudiera ver todo sería mejor!
-Ya estoy terminando. Cálmate.
Cuando terminó, me dijo que me pusiera los tacones para que estuviera lista. Me los puse y me vi en el espejo. Me veía... ¿Esa soy yo? Dios estaba muy... ¿Sexy?
-¿No te parece mucho? Digo es que...
-¡Cállate Natasha! Te ves provocativa y sexy.
-Esta es la última vez que voy a una fiesta contigo.
-Natasha, siempre me dices eso y siempre vas conmigo.
-Te odio.
-Me amas. - Dijo y empezó a reír.
Minutos después ya estábamos listas y Clint le envió un mensaje a Maria diciendo que en cinco minutos estaría ahí. Apagué la música y ordené mi cuarto.
Empezamos a bajar las escaleras y cuando iba a salir, sentí la voz de mi hermana. ¿Cómo? Mierda, mierda y más mierda.
-¿Natasha? - Dijo Yelena. Yo volteé y me dirigí donde estaba ella y sus amigos. Ahí estaba mi Wanda. Bueno, Wanda y no dejaba de mirarme. Bueno, al igual que Visión y Steve.
-¿A dónde crees que vas Natasha?
-¿Pues a dónde crees que voy, Yelena? - Genial, otra pelea con mi hermana. Sabía que no duraríamos mucho tiempo bien.
-¿A la casa de ese imbécil? ¿No te dije que no te acercaras a él? Además, mírate, ¿sabes cuántos chicos van a estar viéndote así? No vas a ir a ningún lado.
-¿Perdón? Bruce me invitó. Fue algo así como "Vas a bailar toda la noche conmigo preciosa". Y yo también tengo derecho a divertirme. - Sentí el carro afuera, Clint había llegado. - Y ya llegaron por mí. Adiós. - Dije y me fui con mi amiga. No me quedaría en casa. No y no.
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Eres mía, rubia; Scarletwidow [ACTUALIZACIONES LENTAS]
Fiksi PenggemarNatasha Romanoff y Wanda Maximoff. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. Wanda era dueña...