Capitulo 11: Por sí mismos

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"Hermione, tienes que decirle a Ron" dijo
Harry mientras corría para alcanzarla.
Hermione no sabía si llorar o reír sobre eso.
Hacía ya dos meses que habían regresado a la escuela y la necesidad de decirle a Ron se estaba volviendo más fuerte cada día. "Lo sé, Harry. Lo sé. Es sólo que no sé cuando voy a
hacerlo"
Y era verdad. Ella en verdad quería decirle a Ron, pero no estaba segura sobre si podría.
Desde que les había contado a Harry y a Ginny la mantenían vigilada; algo bastante molesto por cierto. Literalmente no podía ir a ningún lugar sin que ellos dejaran de mirarla ni un segundo.
Ellos alegaron que sólo estaban preocupados por ella. Hermione sabía la verdad. Ellos estaban preocupados de que hablara de nuevo con Malfoy; que se pudiera escapar para ir verlo; y ese pensamiento en sí era ridículo. Él
no sólo la había ignorado desde que ella le había salvado el pellejo, sino por la manera en que él estaba alrededor de ella. Él actuaba como si ella estuviera tratando de matarlo o algo así.

Curiosamente, esa no parecía una mala idea... Harry suspiró, mientras trataba de seguirla camino a Herbología. "Bien. Pero por favor, ¿Podrías hacerlo pronto? Es decir tú no..."
Harry se detuvo a sí mismo y se aclaró la
garganta. "Él necesita saberlo"
A pesar de que Harry había tratado de
ocultarlo, Hermione sabía a lo que se refería.
Ella no lucía del todo bien. Su enfermedad estaba comenzando a consumir su cuerpo poco
a poco. De hecho, estaba tan perturbada que evitaba mirarse en los espejos a menos que fuera estrictamente necesario. No era un secreto para nadie que había perdido bastante peso, ya que fue necesario que ajustara su uniforme un par de veces. Incluso su piel lucía más pálida, traslúcida. Sus ojos parecían estar
hundidos, dándole la apariencia de estar
sumergidos. Y eso no le gustaba, ni un poco.

Cada día que pasaba se veía a sí misma
empeorando cada vez más.

Hermione se estaba desvaneciendo mucho más rápido de lo que creyó que sería.
No solo habían sido efectos físicos, sino que eran más profundos que eso; mucho más profundo. Hermione había descubierto que se la hacía más difícil moverse, su agotamiento le obstaculizaba ir a la sala común, debido a la gran cantidad de escaleras que tenía que subir.

Había muchos días en lo que incluso le era imposible ir a clases; decidiendo quedarse en cama si el sudor frío y los temblores de su cuerpo eran muy malos. La comida ni siquiera parecía apetitosa y su bazo se había alargado, así lo expresó Madam Pomphrey.
Sí, Hermione estaba mal. Muy dentro de ella, sabía que esto pasaría. Ella iba a morir más rápido de lo que había pensado. Y si continuaba de esta manera, eso sería muy pronto. No podía decirles a sus amigos eso. Harry y Ginny
muy apenas la dejaban sola. Y si ella les decía la verdad -además, ella tenía una ellos mismos podrían decir- nunca la dejarían ni un minuto sola. Esa había sido la razón por la que no les había contado, para empezar; ella no necesitaba
que ellos abandonaran sus vidas por ella.

Ahora, parecía que Ron también estaría
involucrado. Desde que él había regresado después de su pequeño incidente cómo un Kneazle, Ron había estado muy amable. Incluso se había disculpado con Hermione por la manera
en que había estado actuando. Hermione sólo lo abrazó fuertemente y le dijo que lo perdonaba.

Desde entonces, Ron había intentado pasar más tiempo con ella; algo que sospechó, era idea de Harry. Sin embargo, ella siempre había tenido miedo de que él se diera cuenta. Él
siempre había sido obtuso, eso era.

Afortunadamente para ella, él ni siquiera había notado su deterioro.
"Ok, Harry" se detuvo y se giró hacia su
mejor amigo, notando como sus misteriosos ojos las miraban de arriba abajo. "Le diré pronto. Sólo, por favor, dame un día o dos. ¿Está
bien?"
Harry sólo asintió, no respondió. Ya era su
suficientemente doloroso ver a su amiga en ese estado cómo para pelear con ella. No cuando se podría decir que no les quedaba mucho tiempo. Mientras caminaban a Herbología,
Harry se sentó junto a ella tan cerca cómo fuera posible. Desde que Hermione le había contado la verdad, él se había mantenido tan cerca como podía. Había perdido a tanta gente de la que amaba, que aún no podía creer que fuera a perder a Hermione. Tanto así, que
había estado trabajando con Madam Pomphrey todos los días hasta bien entrada la noche en la búsqueda de una cura. Después de todo lo que su mejor amiga había hecho por él durante
la guerra, él siempre la había visto como el pilar de su fortaleza; la única persona en su vida que nunca se iría. Era casi doloroso de considerar que su enfermedad se la estaba llevando sin que él pudiera luchar.

La Rosa Negra Mágica De MimiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora