Draco vio a Hermione desmayarse
antes que nadie más. La vio salir de
la librería y vomitar en la calle. Incluso
vio el terror llenando sus ojos cuando
perdió la consciencia.
Fue la más dolorosa experiencia de su
vida. Todas las veces que la estuvo
ignorando y evitando se esfumaron de
su mente mientras la veía caer. Sus
piernas parecían caminar solas hacia
ella; sus brazos levantándola con
voluntad propia. Ninguna parte de su
cuerpo parecía querer cooperar con
su mente. Podría haber jurado que se
había estado diciendo a sí mismo una
y otra vez que sólo se alejara; que
ese no era su problema. Sin embargo,
se dio cuenta de que no pudo
alejarse. No podía hacer nada más
que llevarla con Madame Pomfrey tan
pronto como fuera posible. Así que,
mientras la levantaba, ilegalmente se
apareció ante las puertas de
Hogwarts.
Sus piernas corrieron tan pronto
como pudieron desde el momento en
que estas tocaron el suelo. Su peso
no influyó en lo más mínimo.
Maldición, la chica ni siquiera pesaba
nada. Su enfermedad había
progresado más desde la última vez
que la había visto. Afortunadamente
para él, las puertas de la escuela se
abrieron en cuando se acercó; dándole
la habilidad de seguir corriendo con
ella. Ni siquiera pensó en por qué las
puertas se habían abierto,
simplemente no le importaba. Vio los
borrosos pasillos mientras corría
entre ellos, ansioso de llegar a su
destino. El sudor caía por su rostro y
su espalda y músculos estaban
cansados. Draco Malfoy no estaba
acostumbrado a correr.
Golpeando las puertas de la
enfermería, Draco gritó.
-¡Madame Pomfrey!
-¡Harry, algo pasó! -dijo Ginny
mientras regresaba de la librería
donde momentos antes habían dejado
a Hermione-. El dueño de la tienda
dijo que Hermione se veía como si
estuviera muy adolorida.
Maldiciéndose a sí mismo, Harry
pensó frenéticamente. Desde el
momento en que dejaron a Hermione
sola había tenido ese incómodo
sentimiento en su estómago que le
gritaba que regresara. Así que, a
medio camino hacia Zonko, les dijo a
los demás que regresaran. Había
olvidado decirle algo a Hermione, les
había dicho. Ginny lo entendió, porque
ella también sentía lo mismo. Ron
aceptó dado que no le había gustado
la manera en que se veía Hermione. No
parecía como si hubiera sido una
buena idea dejarla sola.
Ahora, después de que Ginny fuera a
buscarla, parece que después de todo
habían tenido la razón. Hermione
estaba mal y ellos no estuvieron ahí
para ayudarla.
-¿A dónde pudo haber ido? -
preguntó, aunque más para sí mismo
que para los demás.
-Alguien debió de haberla llevado de
regreso a Hogwarts. Si ella está tan
mal como dicen, entonces lo más
probable es que esté en la enfermería
-dijo Ginny con una voz asustada.
-Muy bien, entonces regresemos -
Harry tomó su mano y corrieron a
través de la aldea hacia la escuela.
Ron, después de haber escuchado su
incesante balbuceo, dijo:
-Bien, esto es todo. No puedo
soportarlo más.
Harry miró a Ron perplejo.
-¿Perdón?
Aún caminando rápido, Ron respondió:
-No soy tan tonto. He sabido que
algo no anda bien con Hermione desde
hace meses. ¿Así que por qué ustedes
dos no me dicen?
Harry y Ginny intercambiaron una
mirada. Harry levantó una ceja.
-¿Entonces por qué no le
preguntaste?
Suspirando, Ron pasó una mano
rápidamente por su roja cabellera.
-Estaba esperando que ella me
dijera. Pensé que si era lo
suficientemente importante, ella me lo
diría cuando estuviera lista.
Ginny sintió un profundo sentimiento
de respeto hacia su hermano mientras
lo miraba con los ojos muy abiertos.
-Por Merlín, Ron. No sabía que había
nada de eso en ti.
Ron rodó los ojos.
-Bien, después podremos discutir su
falta de confianza en mí. Ahora solo
quiero saber qué está sucediendo con
mi mejor amiga.
Harry asintió y le dio un leve golpe en
la espalda.
-Te lo diremos cuando lleguemos a la
enfermería.
-¡Señor Malfoy! -Viendo a la chica
en sus brazos, Madame Pomfrey le
señaló la cama más cercana para que
dejara ahí a Hermione-. ¡¿Qué pasó?
Recostó a Hermione en la cama y
comenzó a contarle a la medibruja la
historia. Escuchando, Madame
Pomfrey caminó hacia la cama, y
examinó las pupilas y el pulso de
Hermione.
-Hiciste bien en traerla, parece que
su cuerpo se ha quebrado.
-¿Quebrado? -a Draco no le gustó
como sonó eso.
-Sí, señor Malfoy. Su cuerpo ha
alcanzado la última fase de la
leucemia más rápido de lo que
habíamos pensado -agitó su varita y
transformó la ropa de Hermione en
ropa de hospital.
-Pero... -Draco nunca soltó la
pequeña mano de Hermione-. ¿Qué
quiere decir eso?
Poppy se mantuvo tomando pociones
y vertiéndolos en la garganta de
Hermione. Después de cada poción
miraba a la joven bruja y después de
ver que nada pasaba, ponía una
mirada frustrada e intentaba con la
siguiente poción. Aparentemente las
pociones no estaban teniendo el
efecto deseado.
-Madame Pomfrey, ¡¿qué demonios
significa eso? -su voz sonaba casi al
borde de la histeria.
Ella sacudió la cabeza y comenzó a
empujarlo lejos de la cama.
-Ahora no puedo discutir eso con
usted dado que no tengo el tiempo
para explicarlo. Si insiste en quedarse,
espere junto a la puerta. Necesito
trabajar y no puedo hacerlo con usted
aquí.
Draco caminó hacia atrás y trató de
discutir con la bruja, pero al final lo
empujó hacia la puerta y cerró las
cortinas de la cama de Hermione.
Draco la podía escuchar maldiciendo
en voz baja antes de que la habitación
quedara en silencio. Al principio todo
lo que hizo fue quedarse viendo a la
cortina. Y si miraba lo
suficientemente cerca, podía ver la
silueta de la medibruja. En verdad no
le gustaba no saber lo que ella había
querido decir. Su corazón le dolía en
ese momento y necesitaba
desesperadamente saber. Así que,
para distraerse lo mejor que pudiera,
empezó a caminar. Su mente estaba
trabajando demasiado, causando que
gimiera cada vez que escucha un ruido
en el castillo.
Veinte minutos pasaron y él seguía
caminando. Madame Pomfrey aún
seguía detrás de la cortina con
Hermione. Durante todo ese tiempo, él
solo había querido sostener la mano
de Hermione. Necesitaba asegurarse
de que seguía viva. Desde el momento
en que la vio, parecía como si fuera
un cadáver. Si no hubiera podido
sentir sus latidos contra su pecho
mientras la llevaba a la enfermería,
hubiera pensado que estaba muerta.
De repente, las puertas detrás de él
se abrieron, y Harry, Ron y Ginny
entraron corriendo. Inseguro de que
hacer, Draco solo los miró mientras
ellos buscaban a Hermione con la
mirada. Harry, siendo el primero en
notar su presencia, posó sus ojos en
él.
-¿Qué demonios estás haciendo aquí,
Malfoy?
Draco intentó hablar, pero fue
interrumpido por Madame Pomfrey,
quien salía de atrás de las cortinas.
-Él fue quien trajo aquí a la señorita
Granger después de que se
desmayara en Hogsmeade. -Se giro
con una mirada acusatoria hacia los
tres-. Lo que me gustaría saber,
para empezar, es por qué estaba
sola. ¡Seguramente los tres notaron
que cuán enferma estaba! De hecho,
¡debieron de haberla traído aquí desde
el primer momento en que la vieron
así!
Ginny estaba temblando.
-Ella insistió en que la viéramos
luego. ¡Ella dijo que quería checar
algunos libros!
Poppy asintió.
-Sí, pero aun así ese no es motivo
para haberla dejado sola. No cuando
ella está tan mal.
Harry tomó la mano de Ginny.
-¿Qué tan mal está, Madame
Pomfrey?
Ante esto, los ojos de la medibruja
cambiaron de molestos a unos llenos
de dolor.
-Está bastante mal, señor Potter. -
Ella miró a Ron, quien tenía una
mirada confundida-. ¿Lo sabe?
-¿Saber qué? ¿Qué demonios está
pasando aquí? -Ron parecía casi
histérico.
Harry y Poppy intercambiaron una
mirada, no queriendo ser ninguno de
ellos el que rompiera su corazón.
Draco no podía creer lo que veía.
¿Aquí se les decía que Hermione
estaba en muy mal estado, pero
ninguno tenía el coraje para decirle a
su querido amigo por qué?
Draco sacudió la cabeza.
-Me vale mierda si la comadreja sabe
o no, ¡yo sólo quiero saber que tan
mal está!
Harry le lanzó a Draco una mirada
molesta.
-No estás ayudando.
-Sí, bueno, ¡me vale un trasero de
hipogrifo si estoy ayudando a no! Si
ni siquiera le pueden decir a Weasley
que está pasando, ¿entonces cómo
esperan estar cerca de Hermione? -
Su voz era fuerte y furiosa. No le
gustaba para nada como estaban
desperdiciando el tiempo.
-De todos modos, ¿a ti qué
demonios te importa? -gritó Harry,
ahora en la cara de Draco.
Cuando Draco no dijo nada, Ginny lo
hizo.
-Yo sé por qué.
Sorprendidos, Harry y Draco dieron un
paso atrás, ambos mirando a la
pelirroja. Harry estaba confundido,
mientras que Draco estaba
sorprendido.
-Él está enamorado de ella -dijo
Ginny dándolo por hecho.
La mirada de Draco cayó al suelo.
¿Tan obvio había sido? Merlín, él
apenas se había dado cuenta hacia
solo unos días. No podía entender
como la joven Weasley se había
enterado.
-¿De qué estás hablando? -
preguntó Ron, sonando como si lo
estuvieran estrangulando.
-Draco Malfoy está enamorado de
Hermione -los ojos de Ginny brillaban
mientras sonreía con tristeza.
Harry rió.
-Ginny, creo que estás delirando.
-No -Ginny caminó hacia adelante y
miró a Draco a los ojos-. No lo
estoy. Él está enamorado de ella.
-¿Y qué te hace pensar eso? -Ron
la miró.
Ginny solo se encogió de hombros.
-Bueno, la manera en que él la
protege tanto es una buena señal.
Draco Miró sus ojos marrones
-Okay, lo admito. Me has
descubierto. Ahora, ¿quién le va a
decir a tu hermano qué está
pasando? Estamos gastando tiempo
muy preciado.
Harry y Ron lo miraron sorprendidos.
No sabían qué decir, sólo podían
mirarlo. Mientras ellos intentaban
procesar qué estaba pasando, Draco
y Ginny tenían una conversación sin
palabras. Ella sabía que tenía que
decirle a Ron y él la estaba
convenciendo de que lo hiciera.
Finalmente, ella asintió y se giró hacia
Ron.
Ron, ahora con los brazos cruzados,
preguntó:
-¿Qué está pasando, Ginny?
Suspirando, Ginny miró al suelo.
-Hermione está muriendo, Ron.
Eso no era lo que él había esperado
oír. Vacilando, Ron comenzó a sacudir
la cabeza.
-Eso no es divertido, Gin.
-No esperaba que lo fuera -la voz
de Ginny era baja, las lágrimas
resbalaban por su rostro.
Harry asintió.
-Es cierto, Ron. Hermione fue
diagnosticada con leucemia hace dos
años.
Durante mucho tiempo, Ron no dijo
nada. Sólo miró a las cuatro
personas frente a él con la mirada
perdida. Una parte de él quería
negarlo. Pero otra parte de él, al ver
los ojos de sus amigos, veía que era
verdad. Muchas emociones
comenzaron a invadirlo al mismo
tiempo. Enojo, tristeza, dolor,
sorpresa... y sinceramente no sabía
cuál lo hacía sentir peor. Finalmente
se decidió por el dolor.
Después de que Draco esperara a que
la Weasley dijera algo, terminó
desesperándose y se giró hacia la
medibruja.
-¿Qué tal mal está? Weasley podrá
lidiar con esto después, Hermione es
lo importante ahora.
Poppy lo miró con la expresión rota.
Finalmente, decidió decirle.
-Como dije, está bastante mal. La
última vez que la vi su bazo se había
alargado -lo que era de esperarse
con su tipo de cáncer. Pero ahora
está aún más grande.
Los ojos de Harry se veían asustados.
-¿Qué quiere decir eso?
-Sus glóbulos blancos están
disminuyendo, señor Potter. Su cuerpo
ha comenzado a apagarse. Todo su
sistema inmune ha desaparecido.
Todos se quedaron en silencio.
-¿Qué podemos hacer? -preguntó
Ron.
Madame Pomfrey suspiró.
-Por el ritmo con el que avanza a la
enfermedad, no hay nada que pueda
hacer. Voy a tener que transferirla a
San Mungo. Ellos, al menos, serán
capaces de mantenerla cómoda.
-¿Cómoda? -preguntó Draco, no le
había gustado como había sonado
eso.
-Sí, señor Malfoy. Cómoda -dijo
Madame Pomfrey bastante seria-.
Temo decir que a la señorita Granger
no le queda mucho tiempo.
Draco de inmediato comenzó a
sacudir la cabeza.
-¡Eso no es posible! ¡Ella nos dijo que
le quedaban dos años!
Poppy miró al joven con tristeza.
-Con este tipo de cáncer nunca sabes
cuándo empeorarás o mejorarás. El
cuerpo de la señorita Granger ha
peleado valiente contra la enfermedad
por dos años. Y parece que
simplemente ya no puede más.
Harry no estaba escuchando.
-¿Y qué pasó con su poción? ¿En la
que hemos estado trabajando?
Más tristeza inundó sus ojos.
-La poción funcionará cuando esté
terminada, Mr. Potter. Pero eso no
será (,) sino hasta dentro de unos
meses. Temo que a la señorita
Granger no le queda tanto tiempo.
-¡Pero usted lo dijo! -gritó Ginny-.
¡Usted dijo que podría salvarla!
-Dije que lo intentaría, señorita
Weasley. Y lo siento mucho, pero no
hay tiempo suficiente -la voz de
Poppy estaba llena de emoción.
A Draco no le estaba gustando a
dónde se dirigía todo esto. De hecho
no le gustó para nada cómo sonó.
Aquí la medibruja le estaba diciendo
que Hermione Granger iba a morir.
Dijo que Hermione Granger ya no
podía pelear más. Esa simple oración
sonó horrible. ¡Granger nunca dejaba
de luchar, sin importar lo que fuera!
Mirando a su alrededor, vio la
determinación y la aceptación de los
demás. Podía sentir como se rendían.
Bueno, él no se rendiría. Si él era el
único que iba a luchar por la
supervivencia de Hermione Granger,
entonces así sería.
-No.
Harry, Ginny y Ron lo miraron con
confusión. Ginny fue la primera que
habló.
-Draco, ya escuchaste que no hay
nada que podamos hacer.
Él negó rápidamente.
-¿Cómo puedes decir eso? ¡Maldición,
es tu mejor amiga! ¡Estás aceptando
que tu mejor amiga va a morir! ¡Yo no
puedo hacer eso!
Harry frunció el ceño y las lágrimas
comenzaron a acumularse en sus ojos.
Si había alguien a quien más le estaba
afectando todo esto era a él. Esta
maravillosa bruja le había salvado la
vida incontables veces. Y no era fácil
para él saber que no podía salvarla de
la misma manera.
-¿Acaso te parece que para
nosotros esto es sencillo, Malfoy?
Okay, fantástico; estás enamorado de
ella. Estoy feliz por ti; es bueno saber
que tienes un corazón. Pero hay
nuevas noticias. Hemos estado mucho
más tiempo en su vida que tú. Así que
no creas que es más fácil para
nosotros que para ti.
Draco tuvo el impulso de golpear a
Potter.
-¡¿Entonces por qué no estás
intentando hacer algo al respecto?
-Lo hemos estado haciendo, idiota.
¡Hemos estado intentándolo en esta
enfermería todas las noches durante
los últimos meses! ¡Hemos puesto
todo de nuestra parte para una cura
que ayude a Hermione! ¡Así que no
vengas a decirme lo que tengo o no
que hacer! -Harry estaba molesto, el
fuego brillaba en sus ojos.
-Mientras que disfruto un poco de
esta discusión -dijo Madame Pomfrey
mientras se alejaba-, tengo que
enviar una lechuza a San Mungo para
trasladar a la señorita Granger.
Ron dio un paso hacia adelante.
-¿Cuándo tiempo le queda ahora,
Madame Pomfrey?
Poppy se dio la vuelta, con el corazón
roto.
-No puedo decirle eso. Sólo un
profesional en San Mungo podrá
hacerlo.
Los cuatro miraron a la bruja alejarse,
cada uno de ellos con diferentes
expresiones en sus rostros. La de Ron
era una de traición y agonía. Se
sentía traicionado porque Hermione no
le hubiera contado como a los demás;
y agonía porque estaba a punto de
perder a la primera chica que había
amado. La cara de Harry era una
muestra clara de tortura. Deseaba
demasiado salvar a Hermione, pero
sabía que no había ninguna manera de
hacerlo. La de Ginny estaba llena del
más puro terror y tristeza. No había
nada peor que perder a un hermano.
Sin importar lo que la gente diga a
piense, Hermione era su hermana. No
de sangre tal vez, pero al fin y al
cabo su hermana.
Draco, por otro lado, no lucía nada
como los demás. Su rostro lucía una
muestra de sospecha. Se quedó
pensando. Y también hizo una
decisión. Salvaría a Hermione Granger.
Iría con su madre y le pediría ayuda.
Tal vez a ella no le gustaban los hijos
de muggles, pero no importaba. Ella
amaba a su hijo y haría cualquier
cosa por él. Sólo tenía que pedirlo.
' Oh si, Granger. Te salvaré. Y
entonces pasarás el resto de tu vida
conmigo'
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La Rosa Negra Mágica De Mimi
FanficTRADUCCIÓN Hermione se sentó debajo de un árbol, mirando hacia el cielo. Las lágrimas caían por sus mejillas, mientras un susurro salía suavemente de su boca. "Voy a morir"