Capitulo 5: Solo porque sí.

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Draco la vio al día siguiente. Desde el momento en que entró al gran comedor con los idiotas de sus amigos, la observó. No podía evitarlo. Había algo en ella que hacía que sus ojos se movieran en su dirección. ¿Era su sonrisa? ¿La manera en que sus palabras de la noche anterior se repetían una y otra vez en su cabeza? No estaba seguro. Todo lo que sabía era que necesitaba verla, examinarla mientras se movía o hablaba. Esto no era una atracción, estaba completamente seguro de ello. Era sólo una mera fascinación. Hermione Granger sólo lo había fascinado con sus palabras.

En todos los años que llevaba de conocerla, nunca le había hablado cómo lo hizo la noche anterior. Tal vez ella hablaba de esa manera todo el tiempo con sus amigos y él no se había dado cuenta. O tal vez esa era su verdadera manera de ser, pero lo escondía de los demás. De todas maneras, eso había atrapado a su atención en una red. Una red, de la que no se podía salir. Incluso durante las clases, cuando debería de haber estado prestando atención a lo que el profesor estaba diciendo, se encontró a sí mismo concentrado en sus expresiones; en la manera en que sus labios se arrugaban en un puchero cuando no entendía algo, o cuando se mordía los labios para esconder la sonrisa que demostraba que sabía la respuesta. Cada uno de esos gestos lo cautivaron.

Algo muy extraño le estaba pasando a Draco Malfoy. Él odiaba a Hermione Granger. Todo mundo lo sabía, nadie lo dudaba. Entonces, ¿Por qué pensaba tanto en lo que ella le había dicho sobre la maldita hoja? ¿Por qué cada vez que la miraba, en lugar de esperar el momento para lanzarle una maldición, sólo quería asentir con la cabeza en forma de saludo mientras ella pasaba a su lado en el pasillo? Y, por el amor de Merlín, ¿Por qué aún tenía esa maldita rosa entre su ropa?

Hermione sabía que la estaba viendo. Pudo sentir su mirada en la espalda durante el desayuno y pudo sentir sus ojos durante las clases. El cabello en la parte de atrás de su cuello se erizaba cada vez que él pasaba junto a ella en el pasillo. Sus mejillas ardían con cada sonrisa torcida que él mandaba en su dirección durante las clases. Incluso durante el almuerzo, cuando ella, Ginny, Harry y Ron se sentaron en los jardines, ella pudo olerlo. Ese profundo aroma que pudo respirar la noche anterior la perseguía como una sombra. A cada lugar al que iba, podía sentirlo.

¿Cómo se sentía sobre esto?

Todo comenzó como una admiración. Ella admiraba que sus palabras estuvieran en su mente; las palabras que fueron dichas para hacerlo reflexionar. No había duda alguna de que algún día lo entendería. Por ahora, sólo lo confundiría y lo mantendría pensando. Sin embargo, conforme fue pasando el día, la admiración fue dando paso a la confusión. La mayoría de las personas estarían cansadas de tener que ver a una sola persona todo el día. Pero no Draco Malfoy; no, él parecía perfectamente feliz viéndola con cada segundo que pasaba. ¿Por qué? Ella sabía que él no se sentía atraído por ella. Eso era simplemente imposible de considerar. Tal vez, sólo estaba fascinado.

Sí, eso era. Él estaba fascinado por la manera en que ella había hablado. En todos los años que tenían de conocerse, todo lo que él había escuchado de su boca eran insultos y hechizos hacia su persona. Para ella, hablarle a él con sabiduría sobre la belleza de la naturaleza – especialmente en medio de la noche – era demasiado diferente para que él pudiera comprenderlo. Él era, después de todo, Draco Malfoy. Él lo sabía todo, lo vio todo y lo compró todo. Todo lo que no podía ajustarse a su perfecto y pequeño mundo simplemente no tenía sentido para él.

Bueno, Hermione Granger había sacudido un poco ese mundo.

Mientras el primer día de clases estaba por terminar y la cena descendía, Hermione se preguntó si Draco estaría lo suficientemente cansado como para dejar el gran comedor antes que ella. Si él estaba realmente fascinado con ella, se quedaría hasta que ella se fuera. Si no era así, se iría. Tratando de hacer su mejor intento de evadir la mesa de Slytherin, se puso de pie con el resto de sus compañeros para retirarse a su sala común. Mientras lo hacía, giró completamente su cuerpo hacia la mesa de Slytherin, donde vio a Draco Malfoy aún mirándola.

La Rosa Negra Mágica De MimiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora