Capítulo 5: Disculpas y cuentos de invierno.

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Disculpas y cuentos de invierno.

-¿De verdad confías en él?- inquirió Hak, mirando con una ceja alzada la taberna a través de cuyas ventanas se veían a unas camareras con ropa corta y extravagante que había avergonzado a Kija y Yoon.

-Si no quieres no entres. -Respondió Sayumi, todavía algo molesta por el hecho de haber tenido que bajar al pueblo a buscar a su hermana por culpa de Jae-ha.

Abrió la puerta y entró, automáticamente chocando su mirada violeta con la del tabernero y acercándose a él, abrazándole.

-Chichiue... -Susurró, enterrando su rostro en el pecho del mayor.

El mayor la observó, abrazándola al momento de ver su rostro sombrío y sus ojos llenos de lágrimas, mirando acusadoramente a la gente que la seguía y abrazándola algo más fuerte.

-¿Qué pasó?- inquirió el tabernero, en bajo, para ella.

-Perdí a nee-san, no sé dónde está... Llevo toda la tarde buscándola y no la encuentro... -Respondió la menor, apretando los labios y reteniendo sus lágrimas. -Chichiue, ¿pasó por aquí...? ¿La viste...?

-No, no ha venido...- murmuró, frunciendo el gesto en uno de preocupación, acariciándole un poco el cabello y apretándola contra él.- ¿Qué pasó...?- inquirió, recordando inevitablemente cosas que prefería olvidar.- ¿Salió y no regresó...? ¿Crees que...?- preguntó, en un murmullo.

Sayumi negó con rapidez al momento, levantando la mirada hacia él, limpiándose las lágrimas.

-No, no fue eso. -Respondió con seguridad. -Discutimos y le dije cosas que no debía decirle... Se marchó al bosque y sé que bajo aquí... Pensé que vendría contigo...

El hombre se mostró visiblemente más relajado, bajando un poco sus hombros y acariciando la cabeza de Sayumi con cuidado.

-Te ayudaré a buscarla si quieres.- susurró.- Dejaré una nota por si viene...

-No hace falta. -Aseguró Sayumi, separándose poco a poco y limpiándose el rostro. -Ya me están ayudando ellos. La encontraré. -Prometió, sonriéndole algo débil y tristemente. -Nos vemos, chichiue, perdón por molestarte.

-Hija.- llamó, tomándola de la mano con suavidad e impidiéndole marchar, volviendo a girarla hacia él.- No molestas.- recordó con total seriedad, mirándola con fijeza.- Avísame si la encuentras, por favor.

Sayumi asintió y se alzó un poco para darle un beso en la mejilla, recolocándose la capucha de la capa y marchándose, suspirando tras cerrar la puerta.

-No estaba aquí. -Se vio forzada a admitir con pesar. -Hay que seguir buscando.

-¿Quién era ese hombre? ¿Tu padre no había fallecido ya? -Inquirió Yoon, acercándose y caminando a su lado con rapidez.

-No es mi padre biológico. -Explicó ella, mirando a su alrededor en busca de alguna pista de su hermana mayor. -Igual que Mio no es mi hermana biológica. Sólo es alguien que hace cuatro años, cuando estábamos peor que nunca, nos adoptó a Mio y a mí y nos cuidó como si fuéramos sus verdaderas hijas. Para nosotras, junto con la otra, es nuestra única familia. Nosotras le queremos como a un padre y él nos quiere a nosotras como unas hijas. A veces sube él a nuestra taberna o bajamos nosotras, Mio más que yo. Hacía un par de meses que no le veía. -Confesó, tal vez también algo apenada por aquel dato. -Esperaba que Mio hubiera venido con él, pero veo que realmente se quiere esconder de mí... Está muy enfadada...

-A lo mejor se escondió y se puso a dormir.- propuso Hak, cargando la Hsu Quandao algo aburrido.- Por eso no la encontramos.

-O a lo mejor sólo necesita un tiempo sola para organizar sus ideas.- dijo Yona, poniendo la mano en el brazo de Sayumi para darle apoyo.- Seguro que no está tan enfadada y sólo necesita pensar.

Hermanas a pesar de la distancia - Akatsuki no YonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora