Solamente bastaron dos semanas para que Yelena Belova encontrara la localización de Clint Barton. Fue fácil robar una computadora y ver los archivos principales del vengador asesino. También fue fácil desechar la laptop que utilizó, fue fácil comprar boletos de avión con identificación falsa, fue fácil escabullirse en distintos departamentos o habitaciones vacías para pasar los días mientras estudiaba los puntos de ubicación que había conseguido. Y fue fácil provocar una revuelta entre un grupo pequeño de mafiosos en las que un "héroe" suele atender por ser fiel a la generosidad de interferir si está en sus manos.
A los pocos segundos que Clint Barton evadía las balas y luchaba contra los altos y musculosos hombres, Yelena se colocó un artefacto el cual cubría la mitad de su rostro y decidió tomar un precalentamiento interviniendo con golpes a dos hombres robustos. Después de tirar al suelo a dos bestias más, sacó su cuchillo y fue directo a la espalda del hombre con el cual Clint estaba luchando. Yelena por fin miró al asesino frente a frente.
—Gracias por el respiro, pero no era necesaria una puñalada —mencionó el arquero sacudiendo el polvo de sus hombros.
—No, sólo estaba practicando para que saliera perfecto contigo —gruñó la ojiverde acercándose a su objetivo para atacarlo con su filoso cuchillo.
Clint esquivaba los cuchillazos, recibió algunos golpes de su oponente, sin embargo, en segundos logró derribarlo debido a una patada que causó que cayera al suelo. No podía utilizar su arco ya que su atacante se encargó de alejarlo de él, y además, su aparato auditivo cayó de su oreja.
—¡Mataste a mi hermana! —expresó Yelena con gran rabia mientras ejercía presión con su rodilla sobre el cuello del vengador.
—¿Qui..en e...res? —preguntaba con dificultad, ya que se le cortaba la respiración.
—Ella nunca debió confiar en ti —murmuró mientras realizaba una cortada lenta en la mejilla de Clint—. La venganza de la muerte de una vengadora… a su mejor amigo vengador.
Yelena levantó su cuchillo para apuñalar a su presa, pero su acción fue interrumpida por una flecha con punta de goma dura que provocó que el fino pedazo de metal saliera disparado de su mano. La ojiverde miró con sorpresa a quien había interrumpido su misión personal.
—¡Suéltalo ahora! —ordenó la chica de traje morado y cabello negro que sostenía con firmeza su arco.
—¿Tu arquera ayudante? —dijo Yelena ignorando a la chica y mirando a Clint—. Confirmo que ya eres un ancestro.
Clint se sentía mareado debido a la caída y su falta de oxígeno, y también contenía su frustración, ya que no podía escuchar lo suficientemente claro lo que su atacante le reclamaba.
—¡Adiós niñita! —se despidió mientras, de un rápido movimiento, sacó un arma de su cinturón y apuntó a la chica arquera.
—¡Kate! —trató de alertar Clint que, a pesar del mareo, desvió el arma utilizando fuerza en su brazo causando que el disparo traspasara a la ventana de un auto azul. Yelena, de inmediato, golpeó a puño cerrado el rostro de Clint. Decidió romperle una pierna a través de un salto.
— ¿A ella sí la proteges? —protestó con furia mientras Clint se retorcía del dolor.
Al instante, la rusa sintió un escozor en el brazo izquierdo, se percató que una flecha penetró en su piel. Sin pasar más milisegundos, la retiró y en el acto, un peso se abalanzó sobre ella —¡No te metas en esto, niñita! —amenazó Yelena mientras forcejeaba contra la arquera de color morado.
—¡Soy Kate Bishop! —manifestó la joven de cabello negro que combatía contra la chica que quería matar a su mentor— ¡No me vuelvas a decir niñita, tú mafia rusa!
Yelena supo que era más fuerte que ella, a pesar de que la chica de morado mostraba habilidad para defenderse, decidió terminar con aquella distracción. Impactó de manera violenta la espalda de Kate contra la pared y dió un puñetazo a su estómago causando que comenzara a perder oxígeno.
Se dirigió hacia Clint, que aun seguía tirado en el suelo, proporcionándole una patada en sus costillas y, seguido, las manos de Yelena fueron hacia su cuello para asfixiarlo. La joven viuda negra deseaba la muerte lenta del asesino de su hermana.
De repente, fue levantada involuntariamente del cuerpo de Clint, ya que, un brazo fuerte alrededor de su cuello, la obligaba.
—¿Creíste que te escaparías tan fácil? —preguntó de manera agresiva una voz masculina mientras trataba de estrangularla.
Al instante, Yelena buscaba a tientas en sus bolsillos del chaleco, dos pequeños aparatos delgados y circulares que al activarlos generaban descargas eléctricas potentes. Al conseguirlos, lanzó un golpe de forma satisfactoria a los testículos del alto hombre, y al ser liberada de aquel brazo que la estaba estrangulando, colocó los metales circulares en la espalda de éste y los activó.
—¡Eres una bestia inútil y estúpida, John Walker! —manifestó con burla aún recuperando el aliento mientras Walker se revolcaba en el suelo— ¡Mierda! —expresó con fastidio cuando vió que se acercaban camionetas hacia la calle en la que se encontraba. No pretendía saber si eran secuaces de Valentina o los aliados de los mafiosos que yacían en el suelo— ¡Mierda y más mierda! —volvió a expresar con frustración ya que esa noche no podría terminar con Clint Barton.
Tampoco le daba tiempo de arrastrarlo hacia el auto azul y llevárselo… pero sí que podía hacerlo con su mini ayudante. Ella sería una razón para que esta vez, Clint Barton fuera hacia ella y ahorrar todas aquellas distracciones que ocurrieron en instantes anteriores.
Fue directo hacia la arquera que aún estaba recargada contra la pared consiguiendo oxígeno. Kate, al ver acercarse a la chica de cabello rubio, enderezó su espalda y pretendía levantarse para continuar con su oponente rusa.
—Ya veo que conoces las artes marciales, entonces, ¿Qué pasa si das un golpe aquí? —preguntó al momento de lanzar un golpe preciso cerca del cuello para provocar el desmayo de la arquera de cabello negro—. Así es, te noquea por un rato.
Yelena levantó el cuerpo de Kate rápidamente, dirigiéndose al auto azul. Rompió los vidrios traseros, abrió la puerta y la recostó en los asientos traseros. Comenzó a arderle más su brazo izquierdo, tenía que vendarlo, sin embargo, no había tiempo. Debía salir de ese lugar y esa ciudad para escapar de aquellas camionetas, que ya se encontraban más cerca. Subió al auto, utilizó una llave universal que siempre cargaba con ella en sus miles de bolsillos del pantalón y chaleco y condujo el auto con velocidad. Prometió que en cuanto el camino fuera más tranquilo y sin nadie que la siguiera, curaría su herida y colocaría a Kate lo necesario para que no escapara de ella.

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Mirada Atlantica | Katelena
FanfictionYelena Belova buscaba a Clint Barton. Descubrió que aquella arquera novata sería una pieza clave para terminar con el asesino de su hermana... y de más personas. Nota: Este fic no es canónico ni relacionado a los cómics. Los personajes y situacione...