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Kate Bishop cargaba las mochilas de ambas mientras se encontraba frente a la puerta de una casa habitacional al final de la calle esperando que fuera abierta por su propietaria.

Yelena le había comentado que en Ohio se encontraba la respuesta para realizar el antídoto del nuevo suero.

Kate podía percibir que la rubia rusa se sentía mal y que empeoró su fiebre en el trayecto, sin embargo, Yelena no mencionaba palabra, sólo aguantaba y no permitía decaerse. Por lo que Kate la obligó a que mantuviera la compresa en su frente en el jet privado. Incluso frente a la puerta, la espía trataba de mantener un semblante que nada le causaba molestia. Sabía que Ohio era de gran relevancia para la ojiverde, era donde había tenido sus mejores recuerdos de manera propia, sin embargo, se encontraba un poco nerviosa, pues quitando el hecho de que estaban ahí por el antídoto, su cabeza también le decía que conocería a los padres de la chica que le causaba ser torpe.

Apareció un hombre robusto y alto de barba casi rojiza cuando la puerta fue abierta, Kate, inconscientemente, se colocó detrás de Yelena al darse cuenta que el hombre era imponente.

-¡Hija! -expresó con alegría y la abrazó mientras la alzaba del suelo- ¡Ya te extrañabamos en casa! ¡Fanny también está impaciente por verte! ¿Y quién es ella? ¡Nunca habías invitado a nadie! ¿Cómo te llamas? ¿Cuál es tu rango, soldado?

-Eh... yo...yo...

-¿Yoyo? Y dicen que los nombres rusos son extraños -soltó una risa sonora.

Kate se sintió estúpida pues debía anunciarse ante el padre de Yelena de manera correcta.

-Mi nombre es Kate Bishop, Señor Alexei -se presentó sin titubear alzando la mano-. Y soy la mejor arquera de Nueva York. Me faltan pocos campeonatos en Europa para ser la mejor del mundo.

Yelena rodó los ojos y soltó una risita imperceptible por la presentación inicial de Kate.

-¿Señor Alexei? Soy muy joven para esas formalidades -soltó otra risotada- ¿La mejor? Me agrada esa confianza, te creo -estrechó la mano de la arquera fuertemente-. Ahora, llámame sólo Alexei o por mi amado apodo. Presiento y sé que Yelena te ha contado sobre mi carrera.

Kate Bishop sacudió su mano un poco por el fuerte apretón que le regaló el padre de Yelena, y estaba en lo correcto, la rubia le había hablado sobre su padre adoptivo que era un súper soldado.

-Ella viene conmigo, por favor no la aburras con tus historias -pidió Yelena haciéndose paso para ingresar a la casa.

-Mis historias de Red guardian son lo opuesto al aburrimiento -le murmuró a Kate, permitiéndole el paso y guiándola hacia la sala-. Te debo de contar aquella vez que me encontré con un arquero ruso...

-¿Dónde está mamá Melina? -interrumpió Yelena detrás de Alexei.

-¡Oh! Ya sabes, en su laboratorio.

Yelena asintió, sabía que a su madre no le gustaba que la molestará cuando se encontraba trabajando en su laboratorio interno.

-Veré a Fanny entonces -anunció dirigiéndose al jardín lateral.

-Está bien, me quedaré platicando con la arquera Kate.

La pelinegra fue cortés y se sentó en la sala junto con Alexei quien le cuestionó sobre sus habilidades, en cuanto respondió la dudas del padre de Yelena, Kate comunicó su preocupación.

-Alexei, quería... hmm... decirle algo

-¡Adelante, Kate! ¿Quieres mi autógrafo, verdad?

-No... bueno... ehh... sí, claro. Si usted quiere, pero antes...

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2022 ⏰

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Mirada Atlantica | KatelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora