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Kate Bishop lentamente abrió los ojos, y ésta vez, encontró a su secuestradora cruzada de rodillas mirando una laptop en sus piernas mientras tomaba un jugo de manzana. La joven arquera trató de moverse, sin embargo, sus pies estaban atados fijamente en las patas de una silla de metal, sus muñecas que descansaban en su regazo, se encontraban inmovilizadas por múltiples capas de cinta resistente y una cuerda firme, al igual que su cuerpo amarrado contra el respaldo de la silla. 

—Kate Bishop —mencionó Yelena pretendiendo ser una presentadora de noticias inglesa—: hija de los magnates empresarios Bishop, 22 años, campeona innata en tiro con arco, esgrima, gimnasia y artes marciales... bien, suficiente —concluyó con acento natural ruso soltando una risita burlona—. No necesito leer más, todo esto se resume en: niñita mimada —Kate trató de hablar sin éxito—. Voy a decirte algo —continuó—: No me interesa que el FBI venga en la búsqueda de la niña rica porque no permitiré que te localicen. El único que me interesa que te encuentre, sabes quién es. 

Kate volvió a protestar sin lograrlo, insistentemente trataba de comunicarse. Yelena rodó los ojos y retiró la cinta gris. 

—¡Ouch! —exclamó Kate con ligera molestia, después de unos segundos, se dirigió hacia la rubia con firmeza— Primeramente, tu acento británico es detestable. Y segundo, ¿Quién rayos eres y por qué estás tan obsesionada con Clint?

—No, yo no te debo explicaciones —contestó Yelena frunciendo el entrecejo—. Tú sabes por qué lo estoy buscando, eres su mano derecha —comenzó con su técnica para obtener información.

—No soy su mano derecha y no tengo la menor idea de por qué lo sigues. ¿No pagó su borscht al salir de San Petersburgo? 

—No estamos hablando de sopas, estamos hablando de deudas de sangre. Él mató a mi hermana. —manifestó levantándose del frío suelo.

—¿Te estás escuchando? —preguntó con incredulidad— No tiene sentido lo que dices… Él es Clint. Es un vengador.

—¿Ese es tu vacío argumento? —preguntó arqueando su ceja. 

—Él es Clint —respondió con seguridad.

—No trates de encubrir a Ronin, que no te conviene. 

La chica de cabello negro comprendió a quién se refería, aquel hombre de traje y de identidad misteriosa que acechó a varios mafiosos y los asesinó, incluso escuchó varios rumores que también mataba a inocentes. 

—¡Dios mío! ¡Ese tal Ronin, desapareció hace años! —exclamó con sorpresa— Estás buscando a un jaguar y lo estás confundiendo con un leopardo. Dos distintas especies y distintos ecosistemas. 

—Me agrada que pienses que tu mentor es un animal —soltó una risita la ojiverde—, pero él es un asesino y no quieres aceptar la realidad. 

—Ronin es el asesino y Clint es un vengador ¡Tú eres la que no quiere ver!

—¡Es la misma persona que asesina a su amiga! ¡Acéptalo!  —gritó Yelena con desespero y agitándola bruscamente del cuello de la blusa morada— ¡No mientas más!

—¡Yo jamás miento, rusa maníaca! —replicó de la misma forma. 

Yelena se acercó a ella para mirarla ferozmente frente a frente. 

—No ocultes la verdad, no te conviene —amenazó con una mirada gélida.

—Nunca he tenido la necesidad de mentir, no poseo esa habilidad. ¿Quién te ha dañado tanto para que pienses que todas las personas te mienten?

Increíblemente, Yelena se percató que la mirada de Kate mostraba transparencia y verdad. Estaba muy sorprendida de creerle tan fácilmente, ya que a la rubia le era muy difícil el confiar en las personas, pero los ojos de la arquera realmente transmitían honestidad y sinceridad. Yelena rompió el contacto visual, tomó la laptop enseguida para buscar la información confidencial de Clint. 

—Lee —ordenó Yelena mostrando la pantalla con el apartado de "Crímenes".

Kate Bishop rodó los ojos y obedeció. No podía creer lo que leía. 

—Él no mató a Natasha Romanoff —aseguró— ¿Por qué le están atribuyendo muertes que son de Ronin? —preguntó desorientada— Existen noticias falsas en todo el mundo, ¿Lo sabes, verdad? 

Yelena, a continuación, reprodució dos vídeos con fechas de años anteriores en los cuales aparecía el rostro de Clint con el traje de Ronin. Y el vídeo en el cual los Avengers se dividían para trabajar en equipo para la misión del regreso de los desaparecidos en el blip, dónde claramente, Hawkeye y Black Widow hicieron dupla. 

Kate Bishop se encontraba aturdida. No sabía que creer, pues aunque Clint Barton era su mentor, él era reservado sobre su vida. Realmente, desconocía todo aquello pues apenas llevaban un mes desarrollando la relación de maestro-aprendiz y socios-amigos.

—¿Dónde has conseguido esa información? —preguntó la arquera con curiosidad e intranquilidad.

—De archivos confidenciales. ¿Se te cayó un ídolo? —se burló Yelena cerrando la laptop. 

Kate aun seguía asimilando lo que había leído y debatiendo en su mente sobre que podía ser real y que mentira. Yelena percibió la confusión y decepción de la arquera, era la misma situación emocional que a ella le ocurrió. 

—Mi hermana es Natasha Romanoff —anunció neutralmente la rubia—. Él fue el último que la vió con vida. Y si nunca te ha contado de su pasado y si cada que habla de Natasha cambia de tema, todo lo hace para evitar sentir su grave culpa. 

—Tú eres… —murmuró Kate sorprendida, pero fue interrumpida por Yelena. 

—¿Una viuda negra? Sí —afirmó—. No trates de escapar. Le doy un día al "Señor Hawkeye" para que te encuentre.

Mirada Atlantica | KatelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora