Gia
Al subirme al auto le pregunté varias veces a dónde íbamos sin respuesta alguna, como casi siempre. Luego de conducir en una dirección extraña y aparcar unos diez minutos después, llegamos a un descampado que se encontraba solitario.
No hay rastro de nada ni nadie por ningún lado y al fondo había un acantilado que daba a una hermosa vista de la ciudad, se podían ver todas las luces en un montón de colores, el paisaje embelesada a cualquier persona, cualquiera que no tuviera la curiosidad picando por dentro como yo, en ese momento.
Aún estábamos dentro del auto, al detenerse el motor, repentinamente me dan ganas de salir corriendo, pero como siempre, no lo hago. Se mantiene unos segundos en silencio pensando que hacer o que decir y al igual que siempre en momentos tensos, mi lengua se conecta automáticamente con mi cerebro y comienza a hablar por sí sola.
-Estás trazando algún plan diabólico- se voltea y me mira sin decir palabra -ahora es cuando sacas la pistola de la guantera y me encañonas, me sacas del auto, me pegas un tiro, luego arrastras mi cuerpo ensangrentado hasta el borde del acantilado y me lanzas con el arma en la mano para que parezca un suicidio- dramatizo.
-¿Quieres que saque la pistola?- se acerca a mí con una extraña mirada.
-Ehh... ¿Qué pistola?- me pongo nerviosa. ¿Será que en verdad tiene que una?
-La de la guantera, ¿Cuál otra?
-Ahh...- respiro.
-Te traje aquí por otra cosa.
-Pero habla hombre que la curiosidad me da comezón- me altero mientras el solo medio sonríe y puedo ver la contradicción en su interior.
En estos meses he aprendido a leer a Amir Vargas. La única persona a la que trata con amor es a su hermana, con casi todos los demás le cuesta, se hace el duro pero termina ayudando cuando le piden y ... bueno, conmigo... normalmente pierde la paciencia y me trata rudo, no sé si tendré un trauma o algún tornillo desajustado en el cerebro pero eso me excita en demasía, es algo que no controlo, cuando lo veo tensar la mandíbula y marcarse la venas de su cuello enseguida mis bragas sufren las consecuencias, como ahora.
-No sabía que eras de las chicas que, cuando están dolidas, buscan a sus ex- suelta de pronto mirando al parachoques.
-Primeramente no he buscado a ningún ex, pero eso no tengo que explicarlo a nadie, mucho menos a tí. Y segundo, no estoy dolida, para eso tendría que tener sentimientos por tí, solo estoy molesta, ofendida. Y tampoco hacía falta que me trajeras aquí para esto. ¿ Qué quieres restregarme en la cara qué?
-No vayas por ahí Gia- responde calmado.
-¿Qué no vaya por ahí, y que quieres? Además no sé porque te molestas en hablar conmigo, si está claro que...
-Escúchame Gia.
-¿Qué quieres que escuche? Te la pasas diciéndome inmadura, loca y no entiendo nada, quien es el que está jugan...- me agarra de la nuca y me panta un beso fuerte y rápido que me silencia al instante.
-Ves, a esto me refiero- lo empujo a su asiento -¿Qué te pasa, Amir?¿Crees que con un beso, la Gia va a caer ante tus encantos de niño bonito y abrirse de piernas?
-Me gusta lo que hacemos- dice muy bajo rascándose la cabeza.
-¿Pelearnos todo el rato?
-No
-¿Insultarnos?
-Noo- se estresa.
-¿Odiarnos?
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TODO LO QUE NO QUERÍA (+18) Libro I [EN EDICIÓN]
RomanceGia es una chica recién salida de la preparatoria que tiene grandes sueños y aspiraciones de convertirse en una bailarina profesional. Para ello logra entrar en Dance On una prestigiosa academia de baile en otro país y en la cual, además, se encuen...