Doble Regalo

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Gia

—¿No me dirás qué es?

—Todavía, eres muy impaciente— me regaña.

—Está bien, me espero entonces— refunfuño.

—¿Qué fue lo que te pasó en la cabaña? — se sienta en una roca y palmea para que me siente a su lado.

—Es algo que pasó en mi niñez y me sienta mal— me sincero.

— ¿Quieres contarme?— la verdad es que no me gusta hablar del tema pero por alguna extraña razón, me gustaría abrirme con él, aunque no lo haré, no quiero seguir creando lazos que solo me llevarán a algo que no debería, pero que es muy posible ya esté sucediendo.

—Quizá otro día— le resto importancia.

Comienza a deshacerse de lo que lleva puesto y me quedo mirando, me encanta su cuerpo, recorro sus abdominales con la vista y ese tatuaje del águila que me vuelve loca. Pestañeo un par de veces y miro hacia otro lado, entonces escucho el cuchuplúmm... de su entrada al agua.

Se mantiene unos segundos bajo el agua y sale con los pelos por toda la cara.

—Ven...

—Estás loco, hace frío, me voy a congelar.

—Yo te caliento...

—Sí, muchísimo— bromeo y sonríe.

—Siempre tienes una respuesta, excepto cuando la necesitas— vuelve a hacerme un gesto con la cabeza para que lo acompañe.

—Nooo.

—A la cuenta de tres salgo a por tí— estoy segura que habla en serio— uno...— comienza a contar y sale del agua.

—Está fría, me voy a enfermar.

—Dos...— hace una pausa y respira— tu los has pedido— me agarra y me sube sobre sus hombros.

—Bájame, hijo de puta— pataleo.

—Silencio— me palmea el trasero y se avienta al agua conmigo.

Siento el frío como cuchillos calando en todo mi cuerpo y casi trago toda el agua de la cascada cuando logro salir a flote. Me volteo hacia todos lados y no lo veo hasta que siento algo arrollarme y emerger del agua quedando frente mí muy cerca de mi cara.

—Eres un bruto— le salpico agua a la cara.

—Eso ya lo sabías... Vamos, te mostraré algo— comienza a nadar y lo sigo.

Nos detenemos frente a la cascada.

—Toma aire—me dice y  respiro hondo, nos vamos a sumergir, me toma de la mano y nos hundimos.

Unos segundos después salimos del agua llegando a una especie de caverna que se encuentra detrás de la caída de agua y no puede verse desde fuera. El lugar es hermoso, la luz y el agua hacen una combinación hermosa en las paredes. Todo el frío se ha ido, aquí dentro hace un calorcito que dan ganas de quedarse.

—Este lugar es alucinante— exclamo mirando hacia todas partes como tonta.

—Ves, si no te hubiese traído por la fuerza te lo hubieras perdido.

—Tienes un punto por eso.

Camino nuevamente y entro en el agua. Está calentita también, es increíble. Siento que la ropa me pesa en el cuerpo, el muy animal me tiró con todo y pijama. Me quito el pantalón corto quedándome en bragas y camiseta. Se adentra también en el agua llegando hasta donde estoy, situándose detrás, muy cerca de mi espalda.

TODO LO QUE NO QUERÍA (+18) Libro I [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora