Capítulo 14

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Marsh.

—Tengo que irme.

—Esta es tu habitación.

—Lo se Zach, pero Dream no tardara en venir.

— ¿Qué tiene que nos vea aquí?

—Ella salió y me dijo que llegando me contaría todo.

Él suspiro. Se levantó para buscar su mochila, se la puso en la espalda pero su mirada se enfocó en mí. Hizo como si estuviera oliendo algo, parecía como un perro oliendo algo, entendí hasta que llego un olor a quemado.

El maldito horno.

Ambos abrimos tanto nuestros ojos, Zach fue el primero en reaccionar porque yo pase mis manos por mis oídos. Nos sacarían de la habitación o peor nos correrían de la escuela.

Cuando llegue Zach abrió el horno, bastante humo negro salió. El olor se hizo más grande y fui abrir la puerta de la habitación. Salí de la habitación y fui por el tanque que ponen en caso de un incendio, se encontraba con polvo, lo agarre y regrese corriendo a la habitación. Seguía saliendo humo entre y Zach aventó la charola en la mesa.

Mis galletas.

Abrí el tanque y salió espuma blanca, hizo que todo el humo se fuera.

Dejamos la puerta abierta hasta que pasaron quince minutos la cerramos. Ambos nos dejamos caer en una cama y nuestras cabezas chocaron. Nos sobamos y Zach empezó a reír.

—No pasaría esto si alguien que su nombre inicia con S y termina en Sherry hubiera puesto algún tiempo.

— ¡Tú eres el que sabe de cocina! ¡Y no me llames así en tu vida!

— ¡Pero tú eras la que mandabas era por lógica que tu pusieras el maldito tiempo!

— ¡Eres insoportable Zach!

—Insoportablemente irresistible y tú eres un estrés humano Sherry Marsh.

Me cruce de brazos y él se acercó para darme un pequeño beso en los labios, cuando se separó empezó a reír y yo también lo seguí.

—Pues este estrés humano no te dejara hasta que te mudes a África.

—Iré a comprar unos boletos en este instante a África—Dijo con sarcasmo.

—Yo pondré la mitad—Respondí con más sarcasmo.

Me volvió a besar para levantarse e irse. Pero cuando abrió su puerta suspiro.

—Mi madre me hablo para que fuera a verla.

Tocaba con sus dedos la puerta. Quede sorprendida y no tenía idea de que aconsejarle. Ahora lo recuerdo, ya lo había mencionado antes.

—Quiero ir contigo.

Me miro sin expresión, dejo de tocar la puerta para que negara con la cabeza.

—No lo harás.

Pegue con una de mis manos la cama para que él se sentara, entendió y lo hizo. Cerré los ojos para rápidamente abrirlos. Estaba lista, quería contarle tantas cosas a Zach porque sé que no diría nada.

—Zach, quiero contarte también sobre mi familia.

Él pareció niño escuchando un cuento por la atención que me dio. Aquí vamos, estoy demasiado nerviosa.

Tengo dos hermanos, más pequeños que yo. Saúl y Fernando. Son gemelos, a mí se me hubiera ocurrido unos nombres que parecieran más algo como Rafael y Raféelo tal vez. Fuimos una gran familia solo que no teníamos los suficientes recursos. Me encantaba jugar en el barrio al futbol. No era como todas las chicas que veían a los chicos.

TRAITOR (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora