Capítulo 31

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Con sus cabellos amarrados, meciéndose por el viento, y portando aquella espada en su funda, Sasaki Kojiro entró al terreno dónde se iba a desarrollar su pelea contra el dios Poseidón, usando un barco que le dieron detrás de las puertas debido a que Poseidón quería lucirse en su combate... en fin, todo un narcisista el dios.

—¡No lo aceptes, muchacho! —gritó Kojiro, logrando captar la atención del dios. Él realmente no creía que la valquiria fuera capaz de hacer algo tan ruin y bajo como amenazar al dios con la vida de una joven chica, pero él mismo había escuchado como Jack y Brunilda querían hacer un trato con el dios.

—Sasaki. —susurró la valquiria, queriéndose comer las uñas de lo enojada que estaba con el vejete. Todo el plan de Jack estaba saliendo a la perfección como para que un humano con moral viniera a echar todo a perder.

—¡Escuchen! —gritó Kojiro a los humanos. —¿En serio están vendiendo a la chica para su propio beneficio? ¡Esto no es lo que Adán nos enseñó! ¡Él quería que lucharamos contra los dioses, pero sin perder nuestra esencia, somos humanos, y vender a nuestros camaradas no es algo de lo que deberíamos estar orgullosos!

—¡Tiene razón! —Caín y Abel alzaron la voz. —¡Nuestro padre estaría decepcionado al igual que nuestra madre! —pero Eva no estaba ahí para alzar su voz como sus hijos lo habían hecho.

—No quiero pelear con amenazas. —le dijo Kojiro a Poseidón.

—¡No habrá pelea si la humana sigue amenazada! —dijo un dios, a lo que los otros dioses le dieron la razón. Los humanos querían la victoria, no querían un combate como Sasaki había dicho.

Con esto dicho, los dioses se pusieron a la defensiva con los humanos, mientras que estos tenían una lucha interna respecto a su moral. Se había desatado un conflicto moral, y los gritos de los dioses no ayudaban. ¿Realmente la humanidad merecía vivir? Habían demostrado una vez más que no lo merecían, pues siempre desataban destrucción y caos por culpa de la codicia.

Los humanos ahora entendían un poco el porque los dioses los habían abandonado. Ellos mismos habían ocasionado aquello.

—¡Increible! ¡Los humanos ya no saben qué hacer! —había dicho el presentador, pero ya no pudo hablar más a causa de un estruendoso sonido de algo caerse.

Poseidón había soltado su tridente, en señal de rendición.

Por primera vez en toda la historia de los dioses, Poseidón perdió una batalla.

Hagamos una historia juntos (Poseidón x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora