Hagamos una historia juntos (Poseidón x tú)

Extra 3: Punto de vista de Poseidón

Aclaración: Este es el último extra..

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Tras haberme levantado de mi lugar, recorrí los pasillos del lugar, ya que no tenía algo que hacer y el combate de Thor contra ese humano era aburrido. Era obvio que ganaría Thor, él es un dios, y los dioses siempre ganamos.

—¿Qué mier-? —Sentí que alguien se había golpeado contra mi pecho. —¿Qué se supone que haces? —Con una gran imponencia, le pregunté a esa humana. No estaba con los otros humanos, sino que estaba en un lugar donde no debería de estar, por lo que no podía confiar en ella. La examiné de arriba a abajo. —Respon... —No pude terminar de hablar debido a que me dejó con la palabra en la boca.

Esa mocosa se atrevía a ignorarme.

—¡Disculpeme! —gritó la humana mientras continuaba alejándose de mí. —¡Ya me iba del lugar!

Debido a la insolencia de aquella humana, la alcancé y la detuve sin mucha fuerza. Era muy débil, tal como un humano.

Mi intención era llevarla ante Zeus, ya que desconfiaba de aquel débil ser, sin embargo, no estaba en mis planes el asustarla y que ella se desmayara. Era cierto que los dioses me temían, pero nunca se desmayaban ante mí. Era la primera vez que alguien se desmayaba por mi presencia y no sabía qué hacer.

"La cama es el mejor lugar donde llevar a alguien" —recordé las palabras de mi hermano menor Zeus. Era obvio que Zeus lo había dicho en doble sentido, pero me pareció una buena idea el llevarla a descansar, y qué mejor que llevarla a mi habitación, un lugar donde ni dioses ni humanos se atreverían a pisar sin mi permiso y ella podría descansar con total libertad.

Ella era muy liviana, por lo que no me costó levantarla y llevarla a mi habitación.

Al llegar al cuarto, la acosté en la enorme cama que había y me senté a esperar a que se despertara. No pasó mucho para que lo hiciera, y cuando ella despertó le resultó más interesante la habitación que verme a mí.

Si ella fuera alguien en quien desconfiar, le habrían hablado de mí, pero la humana no parecía muy interesada en mí.

Tal vez la juzgué mal.

—Astuto de tu parte no mirar a los ojos a un dios. —le dije a la humana, esperando ver su reacción.

—¿Dónde estamos? —me preguntó, ignorando lo que le acababa de decir.

—Realmente eres atrayente. —Esa fue la primera vez que hablé sin pensar. Y supe que estaba jodido.

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Con esto damos finalizado esta historia. Espero que les haya gustado los extras. Nos vemos en una próxima historia.