Hagamos una historia juntos (Poseidón x tú)

Extra 2: Sasaki Kojiro

—Oh, hola. A ti te estaba buscando. —decía un vejete de cabellos grises mientras caminaba hacia ti. Tú, al escuchar aquello, te volteaste y miraste como Kojiro Sasaki te saludaba con la mano.

—Hola, señor Kojiro. —lo saludaste. —¿Me estaba buscando? —Estabas sorprendida, puesto que eran raras las ocasiones en las que hablaste anteriormente con Kojiro, ya que siempre Poseidón se ponía celoso e interrumpía sus conversaciones.

—Sí, quería pedirte disculpas.

Lo miraste confundida. El vejete no había hecho algo para ofenderte o enojarte, por lo que no sabías a qué se debía aquello.

—¿Disculparse conmigo? ¿Por qué?

—Yo estaba dispuesto a ganar en el Ragnarok por los humanos, pero nunca me imaginé que el dios Poseidón tuviera un amor correspondido por una humana, estoy profundamente arrepentido de haber pensando en matar a tu pareja.

Al escuchar las palabras de Sasaki, más que estar enojada, te sonrojaste. Era vergonzoso cuando hablaban del amor que tenían Poseidón y tu, sobre todo porque antes lo odiabas por haberte secuestrado... ¿síndrome de estocolmo? Quien sabe.

—No, no se preocupe, era normal en esa situación, tenía que ganar si no quería que la humanidad tuviera otra derrota. —le respondiste al espadachín, con total sinceridad.

—No puedo ni imaginar lo que hubiera ocurrido si Poseidón y yo nos hubiéramos enfrentado.

—Espero no ser grosera, pero estoy segura de que Poseidón hubiera ganado. —Confiabas en Poseidón, y, después de haberlo visto entrenar en varias ocasiones, sabías el por qué todos los dioses le temían.

—No estés tan segura. —Sasaki te sonrió. —En fin, tengo que irme, te deseo lo mejor en tu embarazo.

—Gracias, señor Kojiro. Espero verlo pronto. —Se despidieron y Sasaki siguió su camino. Tú ibas a seguir el tuyo hasta que la profunda voz proveniente de un rubio con tridente te hizo detener.

—¿Esperas verlo pronto, amor? —Poseidón apareció desde una esquina. —Te castigaré en casa.

—Loki, si Poseidón te ve convertido en él te matará y no serás el padrino del bebé.

—¡Nooo!