Capítulo 4

6.5K 366 61
                                    

Al tratar de huir de él, Poseidón me alcanzó y me detuvo, olvidando que él era un Dios, y me tomó del brazo, jalandome hacia él.

Lo único en lo que podía pensar era en qué ya estaba muerta.

—¡Disculpeme! —grité, interrumpiendolo. Si iba a morir, al menor sería por haber interrumpido al dios de los mares. —¡Ya me iba a mi lugar! —Le grité de nuevo. Antes de que pudiera hablar, quise alejarme de él, queriendo regresar a mi asiento en las gradas, sin embargo, un brazo me retuvo.

Poseidón me estaba reteniendo.

...

Opción 1: Desmayarse porque estás bien muerta.

Los indiferentes ojos de Poseidón me estaban viendo directamente a los ojos. ¿Alguien alguna vez ha muerto por la mirada de alguien? Bueno, pues entonces yo seré la primera.

Pronto el miedo que sentía ocasionó que mi cuerpo se desconectara por unos momentos, cerrando mis ojos y desmayandome frente al dios.

No supe cuanto tiempo estuve desmayada, solo sé que aquel ser de cabellos dorados me acompañó en todo momento mientras estaba desmayada.

Un momento... ¿dónde estaba?

...

Opción 2: Tratar de zafarme de su agarre y preguntar cuál es su problema si ya me había disculpado.

—¿Cuál es tu maldito problema? —Poseidón encarnó una ceja. —¡Ya me disculpe contigo, ahora déjame ir! —Le grité al rubio, intentando safarme de su agarre, sin embargo, eso solo ocasionó que el dios se molestara y ejerciera más fuerza sobre el agarre. —¡Déjame! —Chillé, el dios de los mares no se inmutaba ante mis súplicas, y pronto comenzaría a llorar del dolor que sentía por su cruel agarre.

—La señorita ha dicho que la sueltes. —La mano de otro sujeto tomó el brazo de Poseidón.

¿Quién había sido mi salvador?

...

Opción 3: Pegale aunque sea más fuerte que tú y di que fue un reflejo

Intenté safarme de su brazo, sin embargo, los musculosos brazos que tenía no eran de adorno. Poseidón no hablaba, simplemente me miraba, algo que en algún momento me llegó a incomodar, de manera que, al estar presa del pánico, golpeé el torso desnudo del dios en un intento de alejarlo de mí.

—¿Acaso quieres morir? —preguntó el rubio, apretando más su agarre.

—¡Fue un reflejo humano, lo siento! —chillé ante su amenaza, sin embargo, esto no fue suficiente para engañar al dios.

—¿No sabía que existía tal reflejo?

—¿Acaso tú sabes algo de los humanos? No creo que te interese algo más que no seas tú. —dijo una voz desde atrás. ¿Quién se atrevía a desafiar al dios de los mares?

.

.

.

Elige una de las opciones anteriores y da una posible respuesta a lo que deberías hacer después como lector.

Hagamos una historia juntos (Poseidón x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora