Cal se sentó en el único camarote que tenía el barco, que era más grande de lo que parecía desde fuera, la habitación tenía las paredes y el suelo eran de madera, no había muchos muebles, pero tenía lo justo para hacerlo habitable, una mesa, una cama, una pequeña cocina y un pequeño baño.
Seth entró, sobresaltando a la chica, se había cambiado de ropa, en lugar de llevar una camiseta blanca cubierta de sangre llevaba una azul marina que le quedaba bastante grande, debía ser del otro chico, se sentó en la cama, al lado de Cal.
—¿Estás segura de hacer esto? Aún podemos dar la vuelta —su voz era mucho más suave que normalmente, no trataba de convencerla, solo quería saber si estaba bien.
—No voy a cambiar de idea, he dicho que viajaré a Helah y eso haré.
—Vale, eres muy cabezona, ¿sabes?
—Si, me lo dicen mucho. Oye, ¿de qué conoces al chico que nos ha recogido?
—Es mi hermano, no nos parecemos demasiado.
—Tenéis los mismos ojos —Seth respondió a la chica con una sonrisa.
—Por cierto, venía a contarte un par de cosas sobre Helah —comenzó Seth —no es un lugar demasiado seguro, los sihiri vivimos en ciudades amuralladas para poder protegernos de las criaturas que viven allí.
—Vale —contestó Cal, que cambió de tema al ver que el chico no continuaba —tu misión era protegerme, ¿verdad?
—¿Perdón?
—La misión secreta de la que me hablaste, sé que tú ya sabías que yo debía evitar esta guerra, así que dime, ¿te enviaron para protegerme?
—Seth, necesito que vengas un segundo —no había visto al otro chico en la puerta.
Seth se levantó sin responder la pregunta de Cal, dejándola sola y con más preguntas que las que ya tenía. Su teléfono empezó a vibrar, era Nesta, Cal titubeó un poco, no sabía si debía o no responder la llamada, aunque al final decidió hacerlo.
—Cal, ¿se puede saber qué haces? —la regañó su amiga —no contestas a mis llamadas, he ido a tu casa y no había nadie, y para colmo otro ataque sihiri, así que dime donde estás.
—Pues —a Cal le costó encontrar una respuesta convincente —me he ido de la ciudad, mi tía Sils está enferma, así que mis padres y yo hemos ido a visitarla.
—Ya —Cal sabía que su amiga no se había creído lo que acababa de contarle —cuéntame la verdad.
—Esa es la verdad.
—Las dos sabemos que no, así que dime lo que está pasando de verdad.
—Pues...
No pudo terminar la frase, ya que Seth le quitó el teléfono, eso relajó a Cal, en otras ocasiones había quedado claro que el chico mentía mucho mejor que ella.
—Hola, Nesta, qué alegría oír tu voz.
—¿Seth? —ahora, la chica, más que enfadada, sonaba confusa.
—El mismo, ahora mismo estamos ocupados, así que te agradecería que hablases luego con Cal.
—¡Ni hablar! ¡Dale el teléfono a Cal inmediatamente!
Seth desactivó el micrófono para que Nesta, quien no paraba de gritar, no pudiese oírles, y hablar más claro con Cal.
—No puedes decirle nada de lo que ha pasado, y menos aún contarle que estás de camino a Helah, nunca se sabe quien puede estar escuchando, además, sería conveniente que apagases el teléfono.
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Crónicas De Alaviv 1: Buscando En El Abismo®
FantasyEste libro es un borrador con muchos errores, porfa tenedlo en cuenta, acepto toda clase de críticas constructivas mi DM está abierto SINOPSIS En Alaviv, había dos clases de humanos: los sihiri, que tenían el poder de controlar la magia, y los al'a...