Todo pasó muy deprisa, los guardias se abalanzaron sobre ellos, Cal cerró los ojos, tratando de cubrirse todo lo posible con sus brazos, solo escuchó el ruido del metal chocando con el suelo, sin saber cómo, Seth, había conseguido derribar a todos los guardias, los chicos corrieron por las anchas avenidas de Xusan, intentando aumentar la distancia que los separaba de sus perseguidores, lo primero que debían hacer era dar esquinazo a los guardias, luego ya decidirían a donde ir.
Llegaron hasta una de las zonas más pobres de la ciudad, muy similar a donde vivía Seth, se escondieron tras la pared de un edificio que estaba en ruinas, ya no oían las sirenas, ni a los guardias persiguiéndoles, Seth recargó su espalda en una pared mientras que Cal se sentó en el suelo para recuperar el aliento.
—Creo que tenemos un problema —comentó Seth.
—¿Tú crees? —contestó Cal intentando respirar normalmente.
El teléfono de Cal comenzó a sonar, lo dejó vibrar un poco para poder hablar normal, miró para ver quién era, un número oculto, la chica comenzó a temblar, solo podía ser una persona, asustada, miró a Seth.
—Cógelo, actúa como si no pasase nada.
—¿Diga? —dijo Cal al descolgar.
—Cal, querida —Cal se quedó helada, ya sabía que probablemente era la reina quien llamaba, pero en el fondo tenía la esperanza de estar equivocada —¿Estás bien? Me he enterado de lo que ha pasado.
—Si, majestad, perfectamente gracias por preguntar.
—Supongo que ya te has alejado del peligroso individuo con el que ibas, ha dejado gravemente heridos a varios de mis guardias y no me gustaría que te hiciese daño a ti también. Además, supongo que después de lo que has visto sabrás qué bando elegir.
—Si, descuide, ya lo he decidido.
Cal se despidió, cuando lo hizo miró a Seth, tramaba algo, y él lo sabía.
—¿Qué has pensado? —preguntó Seth.
—Nos vamos a Helah.
—¿Perdón? —el chico no comprendía lo que su amiga le estaba diciendo —¿Qué se te ha perdido a ti en Helah?
—La reina quiere declarar la guerra a los sihiri porque piensa que el accidente del otro día ha sido un ataque, ¿me equivoco?
—No.
—Pues mi plan es que vayamos allí y que algún líder sihiri le haga cambiar de opinión.
—No se yo si eso funcionará.
—Seth, así no ayudas, por muy poco que me guste yo soy quien debe evitar la guerra, he decidido que voy a intentar esto, ¿me vas a ayudar?
—Venga vale.
Mientras tanto, en el palacio, Rajni colgó el teléfono con un fuerte golpe, eso hizo que el pequeño mayordomo que esperaba al otro lado de la puerta entrase en la estancia.
—Esa maldita niña me las va a pagar.
—Majestad, disculpe mi atrevimiento, pero no sabemos si ha elegido a los sihiri tal vez no lo ha entendido bien —la estridente voz del hombre le sacaba de quicio.
—¿Qué no la he entendido? Está claro que les va a apoyar a ellos, ¿por qué iba a seguir acompañada de ese sihiri sino? —caminó hacia él, levantando el tono según se acercaba —Tengo que evitarlo, y sé exactamente cómo hacerlo.
Rajni se volvió a acercar al teléfono y marcó, al instante una voz masculina contestó.
—Cal Morris.
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Crónicas De Alaviv 1: Buscando En El Abismo®
FantastikEste libro es un borrador con muchos errores, porfa tenedlo en cuenta, acepto toda clase de críticas constructivas mi DM está abierto SINOPSIS En Alaviv, había dos clases de humanos: los sihiri, que tenían el poder de controlar la magia, y los al'a...