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Una vez llegaron a Xusan, los sihiris caminaron en dirección al barrio a donde Seth había llevado a Cal meses atrás. Se instalaron y comenzaron a hacer planes, pues sabían que pronto la reina descubriría donde están e iría a por ellos.

Mientras tanto, Cal, Zander y su padre habían bajado a un sótano el cual les habían dicho que estaba insonorizado y que podrían usar para entrenar los poderes de Cal, a diferencia del resto del edificio, en esa planta se encontraba una amplia sala llena de objetos de gimnasio, y otra habitación destinada al almacenamiento de armas.

—Wow —exclamó Cal asombrada.

—Tienes razón, es bastante impresionante. Venga, vamos a ponernos manos a la obra que el tiempo es oro.

Puso en marcha el aparato que Seth y Ev habían utilizado para entrenar a Cal y Nesta, todavía le dolía pensar en ella, no podía creer que su mejor amiga, a la que quería como una hermana, la hubiera traicionado, condenándola a un destino fatal.

Pasaron mucho tiempo allí, tratando de despertar el poder de Cal, pero no consiguieron nada. La chica se sentía frustrada, sabía que podía hacerlo, pero no lo conseguía, eso hacía que se sintiese inútil.

Llegó un momento en el que se quedó sola, practicando, sentada en el frío suelo, tan concentrada que no se dio cuenta de que la puerta del sótano se había abierto, Dhara puso una de sus manos en el hombro de Cal para que se percatara de su presencia, esto hizo que la morena diese un salto acompañado de un pequeño grito y unas pequeñas chispas que saltaron en sus manos.

—¿Has visto eso? —preguntó Cal con los ojos abiertos como platos y mirando sus palmas.

—Sí, lo siento no quería asustarte.

—No, no, no, no lo sientas, me has ayudado —Dhara la miraba sin comprender —has hecho que salten chispas en mis manos, eso significa que puedo ser capaz de utilizar mis poderes por mi cuenta

—Cal sonreía ilusionada.

—Pero eso ya lo sabíamos.

—No, bueno sí, pero yo ya estaba perdiendo la esperanza, y tú me la has devuelto —dijo agarrando las manos de Dhara y mirándola fijamente. Posó un suave beso en sus labios y se levantó —Tengo que contárselo a mi padre.

Se levantó y subió las escaleras de dos en dos escalones, cuando llegó estaban Dancen, Zander y su padre mirándose preocupados a la vez que hablaban.

—No podemos hacer eso, nos matará —argumentaba Zander.

—Ya, pero no creo que esté lista para cuando ella llegue —rebatió Nale mientras Dancen escuchaba.

Cal carraspeó para que se percataran de su presencia, mientras escuchaba Dhara había subido las escaleras y se había situado al lado de la castaña.

—¿Qué pasa? —preguntó Cal preocupada.

—Cal, cariño —no le gustaba cuando su padre hacía eso, siempre significaba que algo malo pasaba —la reina descubrió antes de lo que pensábamos que habíamos venido aquí y ya está de camino.

—¿Y cuánto tardará?

—Probablemente, esté aquí mañana, con un poco de suerte, llegará en las primeras horas de la tarde, pero probablemente no deberíamos contar con ello —contestó Dancen, que no había dicho nada hasta ahora.

—¿Y cuál es el plan B? —intervino Dhara.

—No sé qué es eso —le contestó Zander.

—Es un plan de reserva que se tiene por si el principal sale mal, por favor decidme que tenéis un plan B.

Crónicas De Alaviv 1: Buscando En El Abismo® Donde viven las historias. Descúbrelo ahora