6

15 3 68
                                    

✚ JAKE WILSON ✚

Maldigo cuando salgo de casa de Emilio porque no quiero hacerlo; pero no podía dejar de lado a Zach, no después de lo de anoche.
Incluso si se comportaba como el inmaduro más grande del mundo era la persona que más me importaba. Su llamada me tomó por sorpresa, estaba sollozando y hablaba muy rapido; definitivamente no era de esas "emergencias" para que le consiguiera condones.

Cruzo la calle y me dirijo a la puerta principal de mi casa, pero cuando estoy apunto de abrirla escucho el chillar de las llantas de un auto que se aparca muy cerca. Es Zach.

Se baja y es ahí cuando me percató de las ojeras bajo sus ojos azules, su cabello oscuro esta hecho un desastre y su ropa de gimnasio esta algo sudada, por lo que asumo que viene de correr.
Cuando levanta su vista para verme no logra sostenerme la mirada, así que la desvía pero no dice nada. Esta herido.

Me bajo del porche y me acerco a él, cuando ya estamos frente a frente lo envuelvo en un abrazo.

Zach corresponde firme y yo hundo mi rostro en su cuello cuando siento a su respiración volverse un tanto errática de nuevo; me aprieta contra su pecho pero dejo que lo haga porque no quiero empeorar las cosas y aún no se el motivo de su actitud.

— ¿Quieres entrar? —cuestiono mientras acaricio su espalda. Él asiente.

Me separo y lo tomo de la mano para que me siga, él continua en silencio. Abro la puerta y lo dirijo directamente a la sala de estar en donde se sienta, yo hago lo mismo de piernas cruzadas frente a él.
El silencio que inunda la casa no es para nada propio de nosotros, usualmente no paramos de hablar, pero si la situación amerita que estemos en silencio es un tanto preocupante.

Le tomo su mano nuevamente y él levanta su rostro para mirarme, yo le sonrió mientras siento a mis ojos picar, no quiero pensar que esta así por algo que yo hice.
A pesar de lo que ha ocurrido entre nosotros y lo de anoche, me conozco y se que nunca podría alejarme y dejarlo solo. Zach ha sido parte fundamental de mi vida desde que tengo memoria, la unica persona que me tendio la mano cuando me quede sin nadie. Siempre estaría dispuesto a regresarle lo que me dio, incluso más.

No lo forzaría a hablar, o al menos no ahora, quizás era de esas situaciones en las que solamente necesitaba compañía.

—Lo siento. —me sorprendí ante el tono aspero de su voz —Por... lo que hice y dije anoche, no fue mi intención, Jake, lo juro. De verdad, perdóname.

—No tienes porque disculparte; estabas ebrio y dijiste lo que pensabas, no estoy enojado. —baje el rostro— Lamento que no haya sido lo que esperabas.

—Jake, —suspiro —no quiero ni imaginarme perderte por una tontería mía, mucho menos por algo como lo de anoche. Sabes que el alcohol me hace perder el control y... lo que dije, debió haber sido solamente a ti, sin mil personas alrededor.

—Me halagas. Te lo he dicho un millón de veces, —toco su mejilla —pero por mas que lo he intentado, no puedo verte como algo mas, eres como un hermano para mi, y no me perdonaría lastimarte, nunca. —suspiro —Se que quieres una segunda oportunidad pero no voy a arriesgarme a hacerte mas daño del que ya te provoque, sería una carga para ti y tu familia.

—No me importa lo que piensen los demás, yo te quiero a ti y ya. Eres la persona que mas me importa y nunca podré deshacerme de lo que siento, estas tan clavado en mi corazón que no sé si podré sacarte alguna vez.

Me sentía mal, aunque normalmente el tema de nuestra pasada relación lo tomábamos un poco a la ligera, jamás (desde que terminamos) nos lo tomamos como se debía. Fue una etapa linda mientras duró, y la recordaba con un inmenso cariño, pero sabía que debía superarla si no quería que ambos nos hiciéramos daño.

Lovesick [#1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora