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NARRADOR

La noche había caído, nubes grises de tormenta adornaban el cielo y el crudo frío dominaba el ambiente, pero en lugar de buscar refugio dentro de casa, Evan se encontraba con su chaqueta negra puesta, su cabello rizado ya crecido danzando gracias a la leve brisa y dirigiendose a la única manera de solucionar las cosas, arriesgando incluso su vida en el transcurso. Ahora, por segunda ocasión estaba ingresando al mismo bosque en el que lo citaron esa noche, rezando internamente por salir ileso. Su rostro no mostraba los nervios de querer correr hacia la dirección contraria en busca de refugio, estaba dispuesto a hacer lo necesario sin importar el precio.

No era un monstruo, quizás en el pasado si, pero ahora quería hacer todo lo posible porque el infierno en el que había arrastrado a las personas a su alrededor desapareciera, porque no soportaba vivir con la idea de que nadie sería capaz de colaborar en esto como el. No iba a morir, no ahora.
Tenia suficiente con la amenaza del padre de Emma a quien seguramente no volvería a ver, aunque no era como si lo necesitara, pero al menos iba a tener las agallas para decirle cuan arrepentido estaba de no haberla apoyado desde el principio, de haber dicho todas aquellas atrocidades aún sabiendo que era mas culpa suya que de aquella chica que no merecía lo que le había pasado; si tenía que matar al bastardo culpable no dudaría en hacerlo.

Llegó a un punto del bosque en el que los árboles se encontraban rodeándolo, como si fuera un círculo grande rodeado por estos, con las nubes por encima y los rayos y relámpagos haciendo estruendo en el cielo, cual película de terror.

Comenzó a recorrer el lugar con la mirada, analizando cada rincón en busca la presencia que esperaba en ese momento.

—Me sorprende que llamarás. —una gruesa y aterradora voz resonó a las espaldas del rizado provocando tensión, así que seguido de un suspiro se dio la vuelta para enfrentarlo.

Los años sentándole claramente, aquel cabello negro como la noche cayendo por los lados de su cara y vestido de negro por completo.
A pesar de haber trabajado como "su mano derecha" durante un tiempo, Evan seguía sin sentirse intimidado, con diecinueve años en ese entonces y con todo el rencor sobre él, culpandolo por su actual vida de mierda; nunca tuvo el poder de hacerlo sentir inferior, sus ojos nunca mostraron el miedo que en algún momento vio en alguien mas.

—Te advertí que si querías librarte de esto no volvieras a contactarme nunca, y que tampoco volvieras a poner un pie en South Hill, pero tu siempre tan terco. —dijo mientras se acercaba lentamente. Evan hizo una mueca y se encogió de hombros.

—Ojala no esperes una respuesta que te beneficié. No sé como fue que me dejaste ir tan fácil, trabajábamos tan bien juntos. —hablo con claro sarcasmo —Vengo por respuestas.

—¿Qué te hace pensar que te las daré? Nuestros negocios terminaron, y no planeo darte algo que pueda derrumbarlo todo. Sabes demasiado y aún así no fuiste capaz de decir nada... lo que me hace pensar que quizás tengas otros planes esta ocasión.

—Te prometí que todo sería secreto, ¿no es cierto? Soy un hombre de palabra. —respondió firme —Ignorando el problema del 2009, solamente vengo por un par de nombres.

Él hizo un ademán para que continuara.

—Tengo un chico desaparecido, y supongo que tendrás información de su paradero, ya que tu sabes todo sobre las personas que llegan a South Hill, como lo fue de Matthew Walker. —pausó —Aunque el chico que busco esta ocasión tiene un nombre seguramente conocido para ti. Jake Wilson Gress. ¿Te suena familiar?

El hombre soltó una macabra risilla entre dientes y después volvió a mirar al joven rizado.

—¿Estas jugando al detective otra vez? ¿O por qué quieres saber del hijo de la mujer que en algún momento buscó matar al padre que te abandonó?

Lovesick [#1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora