Lovesick [#1] ✔

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✚ NARRADOR ✚

FECHA: 12 DE JUNIO DE 1991.
LUGAR: SOUTH HILL, VIRGINIA.

— ¿De qué esta hablando? —cuestiona Sarah con angustia y las lágrimas al borde — ¿Acaso es consciente de lo que me esta diciendo?

—Si, señora. —murmura el oficial —Ya hicieron la autopsia y efectivamente, murió alrededor de las diez y media de la noche a causa de estrangulación. La persona culpable fue completamente descuidada, ya que dejó el cuerpo al borde de la acera, donde lo encontraron minutos después. Lo lamento.

Sarah comenzó a llorar, se llevó la mano a la boca y sollozo con fuerza. No podía ser posible que Isabella estuviera muerta.

—P-pero no entiendo, ¿Dónde esta mi hermano Ethan? Debió estar ahí con ella, salieron juntos anoche.

—No tenemos información, por esa razón acudimos a usted. Nadie lo ha visto y creímos que usted sabría su paradero.

—No lo veo desde anoche cuando se fue con Isabella. —se pellizco el puente de la nariz y aparto una lágrima —No se que voy a hacer, —suspiro —sus hijos gemelos se encuentran conmigo.

En ese instante Sarah sintió un toque en su pierna, y efectivamente, uno de los pequeños se encontraba aferrado a su pierna con una sonrisa de oreja a oreja, sus leves ricitos adornando su cabecita; extendió sus bracitos en busca de que lo cargara, y las lágrimas amenazaron con brotar de nuevo.

El oficial no dijo nada mas, simplemente asintió a modo de despedida y se dio la media vuelta para irse.

El pequeño niño se movía entre los brazos de su tía alegre como ya era su costumbre, Evan siempre había sido así de enérgico.

—Ay, cariño... —Sarah abrazó al pequeño contra su pecho y le regalo un castro beso en la frente —lo siento tanto.

[ *** ]

✚ EMILIO BLACKWOOD ✚

LA SEMANA PASADA.

Dirijo la mirada al exterior del auto cuando veo unas cuentas gotas caer en el parabrisas, esta apunto de caer una tormenta. Suspiro con pesar y tomó mi chaqueta para así enfrentar el exterior y sentir la cruda realidad.
El frío matutino pega en mi rostro, por lo que siento un escalofrío recorrerme la espalda, pero intento no inmutarme por eso.

Camino por el perfecto césped mientras miró de reojo las diversas lápidas a mi alrededor, el ambiente del cementerio sigue igual de deprimente, como la primera vez que lo visité.
Intentó mantenerse la vista al frente porque se que quizás me romperé a llorar.

Cuando finalmente llegó hasta esas lápidas, miró a mi tía Sarah que se encuentra de rodillas y con los ojos algo hinchados, yo imito su acción mientras coloco mi mano sobre su hombro, una línea se dibuja en mis labios cuando dejo el ramo de tulipanes que compré hace rato, los favoritos de mamá.

Ver su nombre escrito en esa lápida hace que el hueco de mi corazón duela mucho, pero no puedo evitarlo, saber que no la volveré a ver no me deja conciliar el sueño por las noches.

Han pasado 16 años desde que la vi por última vez, y sigo sin comprender como evité cometer una tontería debido a tantas jodidas pérdidas. Estaba cansado de tanto llorar y acostumbrarme al sufrimiento, sonreir ante los demás que no paraban de darme el pésame mientras me preguntaba lo que habrá sido de la familia de ella, si es que la había.