Las vidas de los Kenix y los Sinkenix están en peligro, cuando unos seres oscuros intenten destruir ambos mundos; solo dos jóvenes con la kinesis de las mente podrán salvar a ambas razas y así ponerle fin al imperio de las sombras, pero en el camino...
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Ahí estaba yo. Frente a un nuevo comienzo en mi vida. Soy Nolan Rogers, tengo dieciséis años y acabo de mudarme a Knoxville; Tennessee. Junto a mis padres y mi hermano menor, Billy. Este año seré el chico nuevo de la preparatoria, la carne fresca del lugar, ¿No es maravilloso?... En fin.
Mi familia y yo ya llevamos una semana de habernos mudado en nuestro nuevo hogar. Me ha costado adaptarme al cambio, pero hago mi mayor esfuerzo.
Decidí levantarme temprano, bañarme, alistarme, desayunar con mi familia. Mi rutina diaria para ser especifico. Me despedí de mis padres y de Billy para tomar el autobús de la escuela.
El viaje en autobús fue aburrido y de alguna manera me sentí acosado, pues, todas las miradas estaban puestas en mí, como si nunca hubieran visto a un chico de california. Debo admitir que fue incómodo, ya que, en realidad a nadie le gustaría que lo observarán en todo su trayecto de destino y mucho menos escuchar sus murmullos. Llegué a la preparatoria, y al bajarme del autobús ya no me sentía acosado, sino deseado por todos en la preparatoria. Cuando me refiero a toda, es a toda la preparatoria. Ya sé que soy el chico nuevo, pero por lo menos, quería que todos dejaran de mirarme. No sé si era por ser el nuevo o por la ropa que vestía, ya que llevaba algo básico; usaba un pantalón Jeans, un suéter oscuro, zapatillas y listo.
Mejor seguí caminando para no estar mirando a las personas de mi alrededor. Medirigí a la oficina de registro estudiantil, llené todos los formularios de inscripción para que me dieran mi horario y mi casillero.
Cuando me dieron la llave de mi casillero, me dirigí hacia él para buscar los libros que usaré en el día según mi horario de materias, para después ir al salón de química que era la primera materia del día.
Como era de esperarse, en el aula de clase, había un grupo de estudiantes sentados sobre las mesas, otros jugaban con bolas de papel. Parecían niños haciendo travesuras.
-Que nadie te escuche o te puedes meter en problemas, chico nuevo... -dijo una voz en mi cabeza.
Escuché una voz en mi cabeza, miré a todos lados, pero no había nadie solo se escuchaba las voces indiferentes de mis compañeros, pero esa voz la escuché muy cerca como si alguien hubiera hablado en mí oreja. Creo que me estoy volviendo loco.
La profesora de química entró al laboratorio y les ordenó a todos que tomaran sus respectivos asientos para iniciar la clase. Pero ocurrió lo que todo adolescente le teme, que es, "Presentarse frente a la clase". La profesora me llamó al frente para presentarme ante mis compañeros.
-Muy bien señor Rogers, el estrado es todo suyo -dijo la profesora corriéndose a un lado. Simplemente le mostré una sonrisa como muestra de agradecimiento.
-Hola... -fue lo primero que dije por los nervios-. Me llamo Nolan Rogers, tengo dieciséis años, vivía en California y ahora me mudé aquí porque a mi papá le ofrecieron un mejor puesto de trabajo...
