Las vidas de los Kenix y los Sinkenix están en peligro, cuando unos seres oscuros intenten destruir ambos mundos; solo dos jóvenes con la kinesis de las mente podrán salvar a ambas razas y así ponerle fin al imperio de las sombras, pero en el camino...
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"Estos acontecimientos de la novela la dividí en tres partes para que la historia no fuera tan larga"... Espero que les guste
En ese momento todo se volvió una película de terror.
Un fuerte grito me sacó de la opresora voz que me estaba hablando a mi cabeza. Ese grito provenía de uno de los pisos de abajo, pero era muy aterrador, incluso, hasta transmitía miedo y pánico.
—¿Estoy sordo? O ¿Acaso escuché un grito? —se preguntó Kevin a sí mismo.
—No estas sordo, yo también lo escuché —concordó Mateo.
La gente que se encontraba en el área de comida, estaba muy curiosa por el fuerte grito que se había escuchado en todo el centro comercial.
—Debe ser una mujer que vio una vestimenta en oferta —dijo Roderick con desinterés.
—No creo que haya sido un grito de sorpresa —dije muy serio sin dejar de mirar donde se escucho el grito.
—¿Porqué lo dices Nolan? —Me preguntó Roderick con seriedad. No dije nada y me mantuve callado.
Algo dentro de mi interior me estaba advirtiendo de algo, mi corazón no paraba de latir fuertemente, tragaba mucha saliva y el sudor estaba que quería salir.
—Nolan te siento muy inquieto y agitado, ¿Qué te pasa? —lo miré y no dije nada. —Nolan si algo está pasando o si tiene que estar relacionado con ese grito, es mejor que nos cuentes ahora —dijo él muy serio.
Tragué un fuerte vaso de saliva que tenia retenida en mi garganta, porque la verdad están sintiendo miedo, algo malo iba a pasar o tal vez, ya estaba aconteciendo.
—Verán… cuando llegué al centro comercial, yo empecé a escuchar… —me detuve porque estaba temblando. Roderick me agarró las manos para tranquilizarme un poco y así poder contar lo que estaba presintiendo.
—Empecé a escuchar una voz y… —lo dije casi con miedo.
—Nolan —Roderick me interrumpió. —Cálmate, el miedo que estás sintiendo, no es tuyo, es de alguien más y tú lo sabes —Creo que Roderick me estaba regañando.
—Lo sé, pero yo también estoy sintiendo miedo —dije entre dientes casi temblando.
—¿De qué? —preguntó Mateo.
—De qué algo malo va a pasar en este lugar…
—Espera, no te estoy entendiendo Nolan —dijo Roderick perdido.
