Las vidas de los Kenix y los Sinkenix están en peligro, cuando unos seres oscuros intenten destruir ambos mundos; solo dos jóvenes con la kinesis de las mente podrán salvar a ambas razas y así ponerle fin al imperio de las sombras, pero en el camino...
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El capítulo más esperado desde hace mucho tiempo ha llegado, he deseado este momento desde hace mucho tiempo. Espero que lo disfruten y que no me maten, por algunos sentimientos encontrados. Psdata: Perdón por hacerlo muy largo.
Nea estaba impactada. Sus ojos celeste-cielo se podían ver a lo lejos. Ella era una mujer muy hermosa, sus cabellos dorados con mechones celeste pastel le hacían resaltar su maravillosa belleza. Su cabello estaba recogido hacia a un lado de su hombro. Era alta, a la misma altura de Orus como de dos metros. Su piel blanca como la crema. Usaba un vestido celeste como las aguas cristalinas del caribe, con bordados de oro fino en su Busto y los hombros, la parte de baja de su vestido está dividido en dos y permitía admirar sus lindas piernas con unos tacones alto. Sus mangas llegaban hasta el codo y dejaba caer un largo pedazo de tela coma la sabana. Sus prendas (collar, anillos, aretes, tiara,) le hacían lucir muy elegante. Ella es la perfección en persona.
Ella estaba impactada de vernos como si nos conociera. Se acercó a Nolan para examinarlo, después hacía mi, con sus manos estrujó mi cara, luego mis codos mi altura.
—Relájate Nea —dijo Orus viendo como nos examinaba.
—Para ti es fácil decirlo —espetó Mag. —No estuviste aquí durante su sufrimiento, ella estuvo al borde del colapso al ver que toda su descendencia desapareció y todo gracias a uno de los tuyos, no me sorprendería que todo lo malo lo hayan adquirido de ti —lo dijo con desprecio.
—¿Qué estás insinuando? —preguntó Orus molesto. —Di lo que tengan que decir sin rodeos.
—¿Quieres que lo diga?, Ok, te lo diré… —los dos se encuentran cara a cara muy enfadados.
Desde acá se puede sentir su rabia uno con el otro.
—Orus, Mag, ya es suficiente —intervino Nea.
—No, hermana, él tiene que pagar por todo el sufrimiento que te hizo pasar —espetó retando a Orus. —¿Sabes una cosa Orus?, Creo que tu fuiste el causante principal de la desaparición de los Télex.
—Retráctate ahora —masculló Orus muy airado.
—¿De qué?, ¿De qué estabas celoso porque papá iba a poner a Nea como la sucesora y no a ti?, ¿De qué alguna forma lograste destronar a Nea de su derecho al trono?, Porque ambos sabemos que sin descendencia no somos nada —Mag estaba muy cerca del rostro de Orus.
—¿Qué quiso decir con eso? —le pregunté a Vera en voz baja.
—Cuando unos de los supremos no tiene una descendencia, su derecho al trono de vuelve obsoleto, de nada vale sino tienen una descendencia —explicó Vera en voz baja. —Orus por ser el hermano mayor, es el primero en la línea de sucesión, pero después de la fuerte pelea que tuvo con su padre hace milenios atrás, perdió todos sus derechos como sucesor y la corona fue pasando de cabeza en cabeza, pero los demás hijos de Kenix no querían gobernar el mundo, excepto Nea. —Ambos miramos a Nea. —Ella siempre ha querido ser la gobernadora del universo, pero por ser la última de la hijas, se resignó a ese anhelo de ser gobernadora, hasta que ocurrió con lo de Orus y ella pasó a ser la heredera al trono, pero ahora que todos los Telex desaparecieron su sueño de ser gobernadora se esfumó para siempre —lo mencionó con tristeza.
