CAPÍTULO Nº8: Entre Mentes

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Los cuarto habíamos cruzado el portal que Vera había creado y estábamos en el mismo lugar cuando nos fuimos con las chicas a Kinosher

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Los cuarto habíamos cruzado el portal que Vera había creado y estábamos en el mismo lugar cuando nos fuimos con las chicas a Kinosher. El ambiente estaba silencioso, solamente se escuchaba los motores de los autos a lo lejos, Mateo fue el que rompió el hielo. Él, Kevin y Roderick empezaron a debatir cuál sería la mejor opción para los cuatro si quedarnos o irnos a estudiar en Crimea.

Yo decidí dar unos pasos para alejarme de esa conversación y enfocarme solamente en mis pensamientos. Tenía la esfera de fuego en mis manos y sobre todo tenía una avalancha de ideas que recorría por mi cabeza, lo único en que pensaba era en Malia y en Benjamín; mis padres, porque en realidad, son mis padres; tal vez no lo sean biológicamente pero ellos me dieron tanto amor durante 16 años, pero también me mintieron y con esa esfera en mis manos estaba dispuesto a irme a Crimea sin tener que darle explicaciones a nadie. Pero sería un acto muy cobarde de mi parte porque, en realidad, estoy huyendo de mi realidad y cuando huyes de ella, estás huyendo de toda tu existencia.

Tenía unas grandes ganas de llorar en ese momento, pero como los chicos estaban discutiendo a mis espaldas no quería que me vieran así y que después se preocuparan. Me quedé observando la esfera un par de segundos hasta que Roderick noto que no estaba participando en algo muy importante que nos incumbe a los cuatro, así que empezó hablarme telepáticamente.

Cuando habló telepáticamente con alguien, las voces suenen como entre ecos, los sonidos de las voces suenan como en un cuarto cerrado y que adentro de él existe un gran eco.

—Nolan... —me llamó él.

—Qué —respondí muy seco.

—Sé que te pasa algo amigo, pero no lo quieres decir

—No me pasa nada... estoy bien —respondí muy directo.

—¿Y porqué puedo sentir una gran decepción y frustración que emana de ti? —preguntó.

—¡Sal de mi cabeza! —reclamé muy enojado.

—No estoy en tu cabeza, simplemente te estoy hablando —replicó él. —Además, recuerda que tú y yo podemos sentir las emociones de las personas, ¿Acaso ya lo olvidaste?

—Ya dije que no me pasa nada, ahora sal de mi cabeza...

—Nolan...

—¡Dije que salgas de mi cabeza o haré que de verdad te duela la cabeza! —le advertí con mucha rabia.

—Está bien, no seguiré insistiendo, pero recuerda estamos aquí y puedes confiar en nosotros y también en mi —fue lo último que me dijo y rompió la conexión entre ambos.

Respiré profundo, para después guardar la esfera en mi bolsillo. Voltee la mirada hacia atrás y veo a Mateo y a Kevin discutiendo todavía, pero Roderick me miraba con su cara de preocupación y angustia. Me quedé mirando su rostro un par de segundos y después cerrando mis ojos para luego agachar la cabeza al suelo e irme del lugar. Puede escuchar la preocupación de los chicos, a través de la mente obviamente.

Kinesis: Descubre Tu PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora