CAPÍTULO Nº17: El Cuarto

35 3 53
                                    

—¡Nolan, por favor, no cierres los ojos! —grité desesperado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Nolan, por favor, no cierres los ojos! —grité desesperado. —¡No los cierres! —Ya era tarde. Sus ojos azul cielo habían desaparecido entre sus párpados.

Tener el cuerpo de Nolan entre mis brazos con una herida abierta enorme, causada por una espada, fue algo desgarrador para mi. Todo su cuerpo estaba embarrado de sangre. Él estaba en mis brazos, muerto y sin yo poder hacer nada. Kevin se acercó lo más rápido posible hacia Nolan para sanar su herida, pero sus poderes no estaban haciendo efecto en la herida abierta que desbordaba litros de sangre.

—¿Qué sucede?, ¿Porqué no funciona? —pregunté consternado.

—No lo sé —respondió él sin saber que decir.

—¿Cómo qué no lo sabes?

—¡No lo sé! Okey —gritó Kevin molesto sin entender porque sus poderes no sanaban a Nolan.

—No se molesten en preocuparse —Dijo el ser oscuro sonando victorioso. —Ya es demasiado tarde, su amigo ya está muerto y gracias a está espada que no permite que sus víctimas puedan volver a la vida—giraba la espada en el aire. —Así que no pierdas tu tiempo, mestizo, tus poderes no funcionarán él.

Kevin estaba airado que se iba a enfrentar con ese ser oscuro a puños limpios, pero este lo detuvo con sus poderes; lo tenía paralizado, sin poder mover un musculo. Mateo iba hacer lo mismo, pero quedó igual que Kevin sin poder mover un solo músculo.

El ser oscuro soltó un suspiro. —¿Porqué será que los humanos son tan predecibles? —giró sus manos y los chicos se retorcían más por los poderes de ese ser oscuro.

—Déjalos en paz —espeté muy firme. —Ellos no tienen nada que ver en esto.

—Lo sé, pero también sería gratificante verlos morir antes de irme de este asquerosos mundo —movió sus manos con un movimiento mas brusco. Los chicos se retorcieron más, que hasta se lograron escuchar el crujir de sus huesos.

—Dije… ¡Que los dejes en paz! —Sentí el ardor de mis ojos brillando.

Había olvidado que podía desorientar la mente de las personas con tan solo un parpadeo de mis ojos. El ser oscuro retrocedía con cada parpadeo que hacía, se agarraba la cabeza con como si tuviera un fuerte dolor de cabeza, con eso puede liberar a los chicos de su magia malvada, pero mis poderes no eran tan poderosos como los suyos.

Él con una de sus manos, me lanzó hacia atrás y solo sentí el fuerte impacto en mi espalda y en mi nuca contra una de las pilastras esféricas que sostiene el segundo piso, y después sentir como mi rostro se golpeó con el suelo. No dure mucho tiempo en el suelo, ya que este ser fue más rápido que yo, me tomó del cuello y me estrelló nuevamente, contra la pilastra fuertemente que hasta le formó un enorme agujero del tamaño de mi espalda. No sentía que mis pies tocarán a el suelo y esos ojos rojos fulminaban mi mirada.

Kinesis: Descubre Tu PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora