Gemelas que Eran Diferentes

Capítulo 46

Intentó marcarle tantas veces como se le ocurrió, dejó de contar después de la décima llamada.

Comenzó a reírse.

-Por favor, Melodi, ¿No es esto rogar?, Melodi no ruega, Melodi no ruega...

Y, sin embargo, volvió a marcarle sin éxito alguno.

-¿Estás bien, hija?- preguntó Hiashi con preocupación.

-Oye papá, esto va a sonar loco, cuando mamá y tú estuvieron separados...

-¿Si sentimos lo que el otro sentía?- preguntó Hiashi-. No sabría decirte si pasó en nuestra separación.

La chica agachó la mirada.

-Pero es cierto algo, tu abuela, en paz descanse, solía decirme que, cuando me enamorase fuertemente de alguien, sentiría todo lo que mi esposa pasara.

-¿Y ocurrió?- preguntó Melodi, intentando calmar sus ganas de llorar.

-Sí, cuando fue el embarazo de ustedes y el de Hanabi- dijo Hiashi con una risa-. A veces era yo el que tenía los absurdos antojos, como Piña con chocolate.

Melodi comenzó a reírse, imaginando a su padre buscando con desesperación esos postres.

-Incluso los cambios de humor me afectaron- dijo el adulto al volante.

-Oh, entiendo...

-¿Por qué lo preguntas, hija?- dijo Hiashi.

-Bueno, va a sonar como una estupidez lo que voy a decir, papá, pero algo me decía que buscara a Kyoto-kun- dijo la chica.

-Eso es raro viniendo de ti- dijo Hiashi-. Regularmente eres del tipo "si me quieres, ven y búscame"

-Sí, lo sé, pero hoy, me sentía demasiado fuera de lugar- dijo la chica-. No sentí esa calidez que sentí al ir con Kyoto-kun al concierto de fin de año.

-¿Y entonces...?

-Sentí una opresión en mi pecho, y quería ir con Kyoto-kun, mejor dicho, quiero ir...

-Por eso estás marcándole- dijo Hiashi.

-Y no me contesta...

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¿Cuántas veces sonó su móvil?, no sabía con exactitud, dejó de contar a la décima llamada.

Comenzó a sollozar de nuevo al recordar aquella imagen de su primo, el consentido de su abuelo, con la chica que le gustaba.

Se sentía tan patético, ¿qué hacía él llorando por una mujer?

La mujer que amaba con locura, que le quitaba el sueño, que lo hacía reír...

Que lo había dejado plantado cuantas veces quiso, que lo besó en un ataque de desesperación intentando alejarlo de una chica, que lo había lastimado profundamente, que no compartía sus gustos.

Sí, a esa mujer le estaba llorando.

Volvió a sonar su teléfono, y se hartó, desactivó el sonido de llamada y la vibración.

Mañana tenía clases, así que de apagarlo ni hablar.

Pensó por un momento en llamar a sus padres...

Descartado...

Sabiendo como eran ambos, estarían demasiado ocupados como para hablar con él de sus problemas.

El abuelo Shishio...

Descartado.

Le tenía aprecio, sí, pero no la confianza suficiente para hablar de sus temas del corazón, regañaría a Erika, y esto ocasionaría problemas entre su familia, así que lo descartó.