Capítulo 59

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-Kyoto-kun, estoy aquí- dijo la chica llegando al salón.

Estaba vacío, pues era el Cuarto piso, no se usaban mucho aquellos salones para el festival cultural, o eso le había dicho Kyoto en una de las asesorías.

-¿Kyoto-kun?

-Por fin llegas.

Su mirada se iluminó, mientras volteaba con velocidad.

Su rostro cambió de felicidad a desagrado.

-Ah, Kyoga-san, ¿esperabas a alguien?

-Sí, a ti, de hecho- dijo el chico-. Aunque supongo que tú esperabas a alguien más.

-Espero a Kyoto-kun- dijo la chica-. Me mandó esta nota.

-A ver- dijo el chico frente a ella-. Oh, entiendo.

-Supongo que podemos esperar a que...

-Oh, sí, sobre eso, él no vendrá- dijo el chico guardando la nota-. De hecho, él no sabe que estás aquí- dijo el chico con una sonrisa confiada.

Y se acercó a ella, colocando sus manos en su cabello.

-Tiene un aroma exquisito- dijo el chico, inhalando el perfume de la chica-. Moras.

-Con tu permiso, me retiro- dijo la chica retirando la mano del chico.

-Oh, no, no te vas a ir, maldita- dijo el chico tomándola con fuerza del hombro.

Se iba a voltear para darle una bofetada como el día del concierto, más sabiendo que él había sido un involucrado más en su conflicto con Kyoto.

Pero no, no esperaba que el chico le tomara la muñeca, le diera vuelta y la sometiera.

-¿En serio pensaste que te salvarías esta vez?- dijo Kyoga con una sonrisa confiada aún-. Aquella vez fue porque estábamos en público, ahora estamos solos, y puedo hacerte lo que me plazca, maldita.

Con una mano comenzó a tomar la cintura de la chica.

-Que delicia- dijo Kyoga-. ¿Sabes algo?, el idiota de Kyoto podrá quedarse contigo, pero yo, Kyoga, robaré lo más preciado que tienes tú para él, yo seré tu primera vez.

La chica quiso gritar, pero fue interrumpida por una mano en su boca.

-Siempre odié a mi primo, él siempre lo tuvo todo, yo fui pobre hasta mis diez años, hasta que conocí a mi abuelo- dijo Kyoga-. Pero bueno, no te digo esto para que sientas lástima por mí, suficientes miradas de lástima he recibido, incluso las de mi madre.

Le pasó la lengua en la mejilla, mientras la chica veía asustada.

-Salado, ¿acaso son lágrimas?- dijo el chico asomándose sobre el hombro de la chica-. ¿Acaso doy miedo?, descuida, como te dije antes, después de esta noche serás de mi primo, mientras déjame quedarme con esto.

Kyoga usó su mano libre, mientras se bajaba el zipper de su pantalón.

-¿Sabes algo?, siempre he tenido cierto placer por tener las cosas de Kyoto- dijo el chico-. No quería tener los mismos juguetes, quería SUS juguetes, no quería la misma ropa, quería SU ropa, no quería un abuelo, quería a SU abuelo, y de los padres, pues intenté ganármelos, pero debía compartir con él, y eso no pudo ser, yo no quería tener el mismo amor de unos padres, quería a SUS padres.

-¿Y por qué diablos estoy aquí?, ¿Qué ganaras con tenerme aquí?- preguntó Melodi, aún asustada.

El chico pasó su mano al frente, buscando tocar el abdomen de la chica.

-No quiero el amor de una chica, QUIERO A SU CHICA, y si es necesario tomarte por la fuerza, entonces así será- dijo el chico con una risa maniaca.

Dicho esto, arrancó el botón del pantalón de la chica, Melodi intentó llevar su mano libre para evitar que su pantalón bajara, pero el chico se lo impidió.

Gemelas que Eran DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora