Capítulo 51

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Estaba sentado en una de las bancas de la escuela, suspirando con pesadez.

Había terminado sus deberes y, ahora, estaba descansando al sol, mirando con fastidio a quien le tapara el astro.

Zentraedi y Natsuki, así como Stella y Riot, habían desaparecido, decidieron faltar ese día por cuestiones personales.

Así que ahora estaba sólo, Shikamaru había terminado antes que él, pero se encontraba durmiendo dentro del salón de clases.

Y ni hablar de los amigos de Naruto.

No podía verlos a la cara, por el desastre ocurrido en los salones de asesoría.

Y sobre Melodi, mejor no tocar el tema.

Su estómago gruñó, síntoma del hambre que experimentaba, pues llevaba algunos días sin poder comer, pero su estómago lo pedía a gritos.

No es que el agua fuese muy llenadora y que su rutina de ejercicios le ayudara a conservar energías.

De hecho, el entrenador lo amenazó de sacarlo del equipo si no iba bien alimentado.

-Senpai- escuchó una dulce voz femenina.

La reconoció de inmediato era...

-¿Y tú eres...?

-Eres un grosero- dijo la chica con falsa indignación-. Mira que olvidar el nombre de la chica a la que casi matas por la escalera.

-Fue la única vez que hablamos si no mal recuerdo.

-Lira, un gusto conocerte.

-Kyoto...

-Te conozco- dijo la chica-. Sé quién eres.

-Oh, gracias, creo- dijo el chico con nerviosismo-. ¿Puedo ayudarte con algo?

-Oh, claro que puedes, verás, esta mañana me levanté para hacer los almuerzos con mi familia, pero olvidé que mi padre no iría a trabajar, así que preparé doble almuerzo.

-Si lo preparaste doble, ¿por qué lo trajiste?- preguntó el azabache-. Será difícil...

-Comer doble almuerzo, lo sé, pero ya estaban en mi mochila cuando los cargué- dijo Lira con una torpe sonrisa.

-Entiendo- dijo el azabache-. Pues, puedo ayudarte a comer uno.

-¿De verdad?- los ojos de la chica se iluminaron.

-Por supuesto, así cargas menos y, al final, terminaste haciéndome un favor.

-¿Por qué?- preguntó la chica con curiosidad y una sonrisa.

-Porque el entrenador amenazó con correrme si mi alimentación no era la correcta- dijo Kyoto con una cálida sonrisa-. Así que, gracias por la comida.

-C...cuando gustes.

-Espera aquí, iré por unas bebidas, ¿algún sabor especial?

-Limón- dijo la chica con una sonrisa.

-A la orden.

Lira se sentó en la banca donde estaba el chico, mientras veía a los alrededores.

Aunque su amiga se había rendido con Naruto, cuando ella escuchó sobre el cotilleo de la escuela no pudo evitar sentirse feliz y enojada.

Enojada, porque no le cabía en la cabeza como alguien sería capaz de hacerle daño a un chico que, desde su perspectiva, era muy amable, demasiado amable.

Y, aunque sabía que no era correcto, no podía evitar sentirse feliz por la oportunidad que tenía ahora, y buscaba aprovechar al máximo esos momentos, para convencer al chico de quedarse a estudiar o trabajar en su lugar natal.

Gemelas que Eran DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora