Capítulo Final

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-Sacrificar algo para el interés de mi empresa, si hubiera actuado yo mismo no me importaría haber matado incluso a la esposa de mi hijo- dijo Koga con una sonrisa burlona-. Nunca te quise, Erika, nunca te apreciaré, tú y tu maldito engendro jodieron todos y cada uno de mis planes, y espero francamente encontrarme con el entrometido de Hiruzen en el maldito in...

No dijo nada más, fue interrumpido por Kyoto con un puñetazo, ante la mirada de Erika quien contenía el llanto después de lo dicho por el anciano.

Lo dicho, la edad no era un impedimento para lo que hizo, ante la vista asustada de un jurado y un público asustados del joven azabache.

-¡¡De mí puedes decir lo que se te antoje, pero no hables mal de mi madre ni de mi verdadero abuelo, viejo de mierda!!- dijo Kyoto con la mano en alto mientras el anciano intentaba reponerse-. ¡¡Ella lo hizo todo por ti para ser apreciada pero nunca lo valoraste, maldita sea!!

-¿Por fin pusiste una mano sobre mí?- preguntó Koga-. ¿Qué te detuvo durante tanto tiempo?

-No me importaba el cómo me trataras a mí, pero creí que apreciabas a mi madre, creí que ella era digna de tu gracia, aunque me dejaran de lado, eres basura Koga, Por mi padre es que no me he quitado tu maldito apellido.

Kyoto se levantó y entregó a Kyoga a los oficiales.

-Sabrás que hay multas por golpear a un adulto mayor- dijo el juez con una sonrisa.

-La espero por correo- dijo el azabache-. Hoy tengo un compromiso y me da un poco de pereza discutir si hice bien o mal.

Dicho esto, se dirigió a donde su novia estaba sentada, y la tomó de la mano.

-Debemos irnos, cariño- dijo Kyoto-. Tenemos una cita hoy.

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Kyoto veía a Melodi con un gesto preocupado, era consciente de lo que se había enterado ese día, las cosas que nadie le había dicho para evitar romper los vínculos familiares, vínculos que, desde el mismo Kyoto, ya no existían.

-¿Pasa algo, querida?- preguntó el chico viendo la mirada de su novia.

-Kyoto-kun, te amo, y agradezco siempre que estés a mi lado- le dijo la chica con un gesto preocupado.

-Y yo te amo a ti, querida.

-No sé qué haría sin ti- dijo la chica.

-Ni yo sin ti, ¿y acaso estás pensando en lo que dijo el vejestorio?- preguntó el azabache con cierta incomodidad.

-Lo... lo siento...

-Ah, mi amor, no te preocupes por eso- dijo el chico con una sonrisa-. ¿Sabes?, son cosas que no deberían preocuparte, ahora estoy aquí, contigo, y con mis padres, es lo único que importa ahora.

-¿En verdad, Kyoto-kun?- dijo la chica emocionada.

-Te lo dije una vez, el pensar en el hubiera nos distrae del ahora, y ahora sólo importamos tú y yo- dijo el azabache mientras sostenía su mano-. Y te amo, te amo tanto, cariño.

La chica se sonrojó, mientras veía por la ventana.

"-Espero tu visita conyugal, preciosa-" recordó que le dijo Kyoga con una sonrisa burlona mientras era llevado a prisión.

Tres años era poco, bien podría aparecer después, aunque.

-Creo que una denuncia con orden de alejamiento no nos caería nada mal- dijo Kyoto con una sonrisa-. Digo, para estar seguros.

Gemelas que Eran DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora