Capítulo 54

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-Kyoto-senpai- dijo la chica de cabello castaño-. Te tengo un regalo, por san Valentin.

Natsuki hizo un ruido seco, maldiciendo su suerte, iba a hablar con el chico, pero tenía que interponerse aquella mocosa.

-Oh, claro, gracias- dijo el azabache tomando aquella cajita.

-Y Kyoto-senpai, quisiera saber si...

-Tenemos que apurarnos, Kyoto, vámonos- dijo Natsuki.

-Oh, claro- dijo el azabache-. Creo que será otro día, Lira, muchas gracias.

-C...claro... no es na...nada.

-Nos vemos mañana- dijo el azabache.

-Por supuesto.

Y se fue con Natsuki, mientras dejaban a Lira sola en el pasillo.

-Esa sensación de soledad es horrible, ¿verdad?- dijo una voz masculina.

-Ah, eres tú, Senpai- dijo Lira con desinterés.

-Creo que cometí un error de cálculo, y sus amigos están de entrometidos- dijo el chico de mechas blancas.

-Quizá debiste deshacerte de ellos antes que la chica.

-No pensé que ellos serían una molestia preocupante, y ni siquiera Melodi me ha dirigido la palabra desde el concierto- dijo el chico de mechas con molestia.

-Eso es el menor de nuestros problemas, ¿qué hay de mí?- dijo Lira con fastidio.

-Lo tendrás, eso te lo aseguro, lo van a poner en matrimonio con una desahuciada, así que será todo tuyo en cuanto quede viudo.

-Tsk, aun así, se irá a otro país y, para rematar, alguien le va a dar uso antes que yo, no me gusta comer sólo migajas.

-¿Acaso tienes fijación por los vírgenes?- dijo Kyoga con tono burlón.

-Aún son puros e inocentes, a diferencia tuya- dijo la chica dando la espalda-. Más te vale alejarlo de sus amigos, debe ser mío.

-Lo intentaré- dijo el chico albino.

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-Bien, ¿de qué querías hablarme?- dijo Kyoto sentado en aquella mesa de karaoke.

Estaban ambos solos en el cuarto rentado para el evento, por lo que dedujo que se trataba de algo importante.

-Es sobre... Ella- dijo Natsuki.

El azabache suspiró mientras se levantaba del sillón.

Era irracional, sí, lo sabía.

No tenía justificación, por supuesto, más de su parte que defendía el escuchar antes de actuar.

Era entendible, sí, y con ello las otras dos se iban por completo al carajo cuando se trataba de tocar el tema de Melodi.

-¿Cómo pretenden que supere a Melodi si todos insisten en tocar el maldito tema?- dijo Kyoto-. Se terminó, C'est fini, finito.

-Kyoto, como tu amiga, y como alguien que se agarró a golpes con ella, ¿podrías escucharme antes de irte?

Kyoto volvió a suspirar, era cierto, estuvo en la puerta de la dirección el día siguiente de la pelea, y escuchó todo.

-Sólo por lo que hiciste por mí- dijo Kyoto-. Te debo el que casi te expulsen.

-Gracias- dijo Natsuki tomando la bebida sobre la mesa-. Pero asegúrate de escuchar todo lo que tenemos que decir.

Gemelas que Eran DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora