Capítulo 60

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-¿En serio te llevaste a Melodi a ese lugar otra vez?- preguntó Hinata a través de la pantalla.

Había parado para hacer unas compras de emergencia en una tienda sobre autopista, además de llenar el tanque de su motocicleta, rumbo al mismo lugar donde había sido su escape del viaje escolar, la fiesta a la que no fue y, en esta ocasión.

-Oye, creo que ya es momento de hacerlo- dijo Kyoto-. Ya pasaron 3 semanas desde que nos reconciliamos, tuve que empezar el plan desde cero.

Había aprovechado que la chica estaba usando el sanitario de mujeres para contestar la llamada de Naruto.

-¿En vez de pedírselo como lo haría la gente normal?, ella pensará que te avergüenzas de ella- dijo el rubio con una sonrisa.

-Ah, cállate por favor- dijo el azabache con una risa-. Si Hinata te hubiera bateado, me habría reído de ti sin dudar.

-Lo hice sabiendo que me aceptaría, ¿verdad Hina-chan?

-Esto...- dijo la chica por la pantalla mientras juntaba sus dedos con timidez.

El azabache soltó a reír, aún con las compras encima.

Sería un fin de semana, después de convivir en el cine, comiendo pizza, siendo parte del jurado en el juicio contra Kyoga y, casi sin querer, el propio Kyoga terminó embarrando a su abuelo en esa afrenta, por lo que ambos terminaron afrontando el juicio, aunque aún estaban dentro del proceso por la avanzada edad de Koga.

Por su parte, después del regaño gigantesco por parte de la familia Namikaze-Uzumaki y los Hyuga, los Katekyo empezaron a procurar más al chico, incluso llegando a niveles extremos, intentando compensar la larga ausencia que tuvieron con el muchacho.

Kyoto estaba más que feliz con eso, pero nunca se los diría.

La razón detrás de la importancia por el asunto de ser o no ser fin de semana se debía, principalmente, a que siempre tenían citas entre semana, teniendo extrañas desapariciones en los últimos 3 sábados durante las semanas que se veían.

Incluso la chica pensó que algo ocultaba el muchacho y trató de seguirlo, obteniendo un regaño gigantesco cortesía de Naruto y Hinata por tomar conductas que se consideraban "posesivas".

Y ahora, después de largos fines de semana esperando, por fin volvían a aquella casa en el campo, la que traía varios recuerdos agridulces.

-Haré como que no escuché eso- dijo Naruto viéndose ofendido-. Por cierto, traidor...

-Ya supéralo, maldita sea- dijo Kyoto con molestia-. Deja de llorar por ese trofeo, es más, por mí cuenta puedes llevártelo, eso si puedes arrancarlo de las manos de Zentraedi.

-Como estaba diciendo- dijo Naruto-. ¿Está todo listo para tu...?

-Kyoto-kun, ya voy saliendo...

-Te veo luego- dijo el azabache cortando con velocidad la videollamada.

Sonrió ante la mirada de sospecha de la chica.

-Sé que eres un alma libre y todo lo que quieras, pero... deberías confiar más en mí- dijo la chica viéndole con el ceño fruncido.

-Y confío en ti- dijo Kyoto con una sonrisa-. Más que ayer, si me lo preguntas, la cosa es: ¿tú confías en mí?

-Sí, con cada parte de mi ser.

-Bien, no perdamos más el tiempo, vámonos.

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Llegaron a aquella adorable casa del campo, aquel lugar estaba de vuelta.

Había ido semanalmente para hacer limpieza, lo típico que solía hacer Kyoto, desde la limpieza de los cuartos en general, hasta cambios de cobijas.

Gemelas que Eran DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora