—¡Buenos y soleados días familia!
Grité alzando los brazos al aire al entrar al comedor de mi casa. Mis cejas se juntaron un poco mientras una sonrisa se formaba en mis labios al ver a mi hermana mayor en la mesa del comedor de madera oscura. Sus cejas se juntaron formando una sola ceja, la cuchara que llevaba hacia su boca con un poco de cereal integral se detuvo al verme frente de ella.
—¡Ay pero que hermosa hermana tengo por el amor de Dios!
Exclamé dirigiéndome hacia ella, mi hermana me siguió con la mirada hasta que me posicioné detrás de la silla de madera oscura y la abracé por la espalda antes de depositar un beso que resonó por toda la sala. Al reincorporarme y sentarme a su lado, ella no dejaba de verme como si me hubiera salido una segunda cabeza. La sonrisa que tenía en mis labios se agrandó más cuando por fin me percaté de su cabello negro hecho un desastre, pero lo que siempre me sigue causando gracia es que ella suele usar esos estúpidos mamelucos a pesar de que tenga veintidós años de edad. Sin duda mi hermana es única.
—¿A ti que mosca te picó? —preguntó viéndome de arriba hacia abajo mientras llevaba la cucharada de cereal integral a su boca.
Yo solo rodeé los ojos antes de apoyar mis antebrazos en la mesa decidido a contestarle, pero casi me dieron ganas de aventarle el cereal a la cara o ahogarla en la leche cuando masticó lentamente el cereal, como si estuviera analizando cada parte de mí.
—Ninguna mosca me ha picado, Ariadna —le aseguré—. Solo amanecí feliz, solo es eso.
Mi hermana me miró de igual manera suspicaz tomando otra cucharada de su cereal masticando lentamente sin quitarme los ojos de encima. Sabía que no me iba a dejar de ver así, así que solo decidí ignorarle, dejé mi mochila en la silla donde antes estaba sentado para ir a la cocina y hacerme algo de desayunar. Hoy sería un día largo con el entrenamiento.
Pude escuchar pasos por la cocina cuando abrí el refrigerador y me incliné un poco para tomar el galón de leche. Al reincorporarme me encontré a mi madre en la estufa que parecía calentar agua. Sus ojos marrones se posaron en mí y un brillo se apoderó de ellos como cada vez que mira a mis hermanos y a mí. Dejé el galón de leche en la encimera para acercarme a mi madre y abrazarla. Sus pequeños brazos me apretaron contra su cuerpo, esa acción me llenó el corazón de cariño y sin poder evitarlo deposité un beso en su cabellera castaña oscura.
—Buenos días, ma —le saludé separándome de ella.
—Buenos días, hijo.
Me devolvió el saludo volviendo a la estufa, caminé por la cocina para tomar un plato hondo para servirme un poco de cereal y desayunar. Al tener por fin todo lo que necesitaba para hacerme un cereal digno de un buen día comencé a servirlo mientras que mi madre tarareaba una canción a la vez que comenzaba a moverse ágilmente por toda la cocina. Si mal no recuerdo es "Quién como tú" de Ana Gabriel. Mi madre es muy fan de ese tipo de canciones, hasta tiene un disco de ella para alzar la cocina. Cuando se empieza a escuchar la voz de aquella mujer significa que nadie debe de pisar el santuario de mi madre o es golpe seguro, depende de tu suerte es el artefacto con el que te pegará.
—Mami.
La voz de mi hermana se hizo presente después de escuchar un poco el tarareo de mi madre, mi mirada se fue de inmediato hacia la pelinegra que ahora tenía su plato vacío, pero seguía jugando con la cuchara dentro de él. Una de mis cejas se elevó cuando sus ojos marrones me localizaron. Justo cuando iba a articular un "¿Qué mierda me ves?" mi hermana se dignó a hablar.
—¿No crees que Blackie ha estado muy feliz durante esta semana, mami?
Su pregunta me hizo mirarle mal mientras que ella comenzaba a sonreír, sus cejas se alzaron con diversión. Miré por el rabillo del ojo a mi madre antes de alzar mi mano y levantar mi dedo corazón a mi hermana que me lanzó un beso en el aire. Miré por segunda ocasión a mi madre, sentía mis hombros tensos cuando mi madre dejó de ver la estufa para voltear a vernos a mi hermana y a mí, la muy maldita estaba sonriendo de oreja a oreja.
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Mi Estúpido Error
Novela Juvenil*Libro #2 de la historia de amor entre Emma Betancourt y su Crush de ultimo año.* Cabello castaño perfectamente peinado en una coleta alta, cejas que destacan sus facciones delicadas, unas pestañas largas y semipobladas que cubren unos hermosos ojos...