Había pasado ya más de medio día, y aquellas chicas no se habían presentado a almorzar en el local como solían hacer. Eso había extrañado un poco a Ethan, ya se estaba acostumbrando a verlas ahí casi todos los días; a verla a ella. Sólo habían dejado de venir un par de días al azar entre esta semana y un día en la anterior, además de los domingos, pero hoy no era el caso, era sábado.
Odiaba que ella se presentara ahí, pero, aun así, lo había decepcionado ciertamente el ellas no aparecieran. Desde la primera vez que se habían presentado en el restaurante, se mantenía todos los días a la expectativa de que podría llegar en cualquier momento, le resultaba molesto permanecer así, cada que escuchaba sonar la campaña de la puerta entre las once y doce volteaba rápidamente a ésta pues de inmediato pensaba que ya habían llegado.
Hoy no había mucho movimiento en el negocio, sólo un par de chicos sentados en una esquina comiendo, también había al otro lado del restaurante dos mujeres que esperaban ser llamadas para recibir sus órdenes.
Miró hacia la puerta por enésima vez en las últimas dos horas, como si en algún momento ella fuese a aparecer por ahí. Apartó la mirada frunciendo el ceño, molesto consigo mismo por actuar así de nuevo. ¿Qué le pasaba?, ¿qué más daba si esas chicas no venían a almorzar?
Eso no le importaba es absoluto. O eso se repetía mentalmente.
—Ethan —lo llamó Gina desde la ventanilla que daba hacia la cocina—, la orden número veinticinco.
Ethan se acercó a la ventanilla para tomar la orden lista. Justo en ese momento escuchó sonar la campana sobre la puerta de entrada, inmediatamente, casi de manera involuntaria, él dirigió la mirada hacia la entrada, pensando que sería la chica y sus amigas, pero sólo era otra clienta más.
Se reprendió mentalmente por haber mirado tan a prisa ante el pensamiento de que se trataba de ella. Bajó la mirada hacia el mostrador, mientras la chica se acercaba y miraba hacia el menú sobre él.
—«¡No importa que ella no venga, Ethan!» —se gritó mentalmente. En tan sólo dos semanas se había acostumbrado a ver de nuevo esos ojos. Ese tipo de pensamientos lo hacía sentir más molesto, ¿Cómo podía atreverse a compararlas?—. «No importa cuánto se parezcan, esa chica no es Ellie».
—Ethan —lo llamó Gina, sacándolo de su ensimismamiento—, la orden —palmeó la bandeja de la comida.
Ethan se acercó a la ventanilla y tomó la bandeja con los emparedados.
—¡Orden a número veinticinco! —gritó Ethan, y una de las mujeres que estaban sentadas en una mesa conversado se acercó por la bandeja con la comida, la tomó y regresó a su mesa en la que esperaba su compañera.
—Quiero un sándwich de atún —habló la chica que miraba el menú sobre el mostrador— y para tomar...
Mientras la chica ordenaba, Gina miró a Ethan, aunque sólo podía ver su espalda, ya que estaba anotando la orden de la chica. Por supuesto que Gina había notado la actitud de Ethan al escuchar que alguien entró por la puerta, creía saber la razón de su reacción. Tanto ella como Ben y Brandon, ya habían visto a esa joven que había estado viniendo con aquellas otras dos chicas a almorzar.
Conocía a las otras dos chicas hace tiempo, realmente no sabía sus nombres, ya los había escuchado, pero los había olvidado, sólo sabía que ambas eran estilistas, trabajan en un salón cerca del centro de la ciudad. Había ido allá en un par de ocasiones por cortes de cabello, la última vez que había ido, había sido hace un año.
Había atendido a esas chicas un par de veces en la última semana y media, normalmente era Ethan quien atendía al frente durante el medio día, pero en una de esas excepciones se había encontrado de frente con ella, esa chica... De primera vista, se le hizo idéntica a Ellie, incluso se había atrevido a tomarle una foto discretamente mientras almorzaban, y se la había mostrado a Ben y Brandon, ellos también coincidieron en el enorme parecido de la chica con Ellie. Se habían preguntado si es que Ethan ya la habría visto, y por supuesto que lo había hecho, lo había visto atender a las tres chicas hace una semana, y ya lo había visto mirar atentamente a esa chica, obviamente ya había notado ese parecido físico.
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Flor de Daphne ✓
Подростковая литератураCuando Daphne conoció a Ethan, vio a un chico lindo y extraño, que constantemente la observaba con una intensa y tal vez rara mirada. Cuando Ethan conoció a Daphne, una innegable atracción a ella surgió, sin embargo, él estaba perfectamente conscien...