Capítulo 31

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—Mi tía Angelique decidió unirse a una organización que alfabetiza y ofrece clases técnicas gratuitas a personas de bajos recursos —dijo Daphne—. Ella ofrecerá clases de panadería y repostería.

La chica llevaba la conversación mientras paseaban por los alrededores de la plaza de la ciudad, ya eran más de las ocho y media, aún había algo de gente por el lugar, y todo estaba alumbrado por farolas. Llevaban dando vueltas por la plaza tomados de las manos durante la última hora, se habían reunido para cenar, y ahora sólo pasaban el rato juntos.

—Es una labor muy noble —comentó Ethan.

—Sí, supongo que sí —convino la chica—, pero te lo comento porque, si mal no recuerdo, comentaste cuando te presenté a mi tía y mi abuela que no habías concluido la preparatoria, y la organización también ofrece educación primaria, secundaria y preparatoria.

Viendo hacia donde iba, Ethan centró su mirada en ella.

—Podrías ingresar a la preparatoria para concluirla —Ethan guardó silencio un momento, y volvió la mirada al frente. Daphne sólo lo observó, notando que él no se veía muy convencido.

—¿Recuerdas que dije que dejé de asistir a clase junto a todos los demás niños del orfanato a los catorce años? —cuestionó el chico.

—Ehh, sí —contestó la chica no entendiendo la pregunta, hasta que de pronto algo hizo clip en su mente—. Tampoco concluiste la educación secundaria —Ethan asintió—. Bueno, igual en ese caso también puedes ir a...

—Daphne —la interrumpió Ethan—, no creo que pueda ingresar a una escuela si no siquiera tengo papeles legales, técnicamente soy un indocumentado, no existo en este país.

—Bueno..., podrías buscar a algún abogado o algo así para asesorarte sobre como tramitar tus documentos legales —sugirió la chica—, podrías terminar la secundaria y la preparatoria.

—Realmente, no me he preocupado por ello durante todos estos años —admitió Ethan—. Ni lo de los estudios, no lo de los papeles. Nunca me hizo falta. Y bueno, no es como que desee demasiado terminar mis estudios o algo como ir a la universidad.

—Al menos piénsalo unos días, ¿está bien? —suplicó la chica.

Ethan volteó de nuevo hacia ella, Daphne le mostró una ligera sonrisa. Él regresó la mirada la frente y soltó un ligero suspiro.

—Está bien —aceptó el chico. La sonrisa de Daphne se amplió.

Aunque se sintió satisfecha con la respuesta, estaba casi segura de que al final Ethan rechazaría la idea, al menos la de retomar sus estudios. Esto le trajo el recuerdo de lo que su tía le había dicho aquella noche después de que él fue a cenar con ellas, lo de que el chico no parecía tener metas ni aspiraciones. Realmente ella también lo creía, y no le importaba demasiado ese asunto, después de todo, ella estaba en una situación algo similar en ese aspecto.

Sin embargo, a pesar de estar consciente de su propia situación, no deseaba permanecer así en toda su vida. Este pensamiento la hizo plantearse y cuestionarse hacia donde se dirigía en este momento, no sólo en su vida en sí, sino en su relación con Ethan, ¿hacia dónde iría esto? Con ambos en una situación como en la que estaban, ¿qué clase de futuro tendría su relación si ésta durara? Es más, ¿qué tan en serio debería estar tomando las cosas con el chico? Él se estaba volviendo algo muy significativo para ella, ¿debería si quiera estar planteándose todo esto ahora?

Flor de Daphne ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora