Capítulo 7

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Se sentaron a conversar en las escaleras que dirigían hacia el segundo piso de la casa de Jannette. Los sofás de la sala y los asientos de la barra de la cocina estaban ocupados, así que no les quedó más que sentarse en los escalones del interior de la casa. También ahí había mucho ruido, pero no tanto como en el jardín.

Aunque Daphne no lo notó, Ethan trató de sentarse lo más aparrado de ella, aunque fueran sólo unos Centímetros de distancia. Después de aquel pequeño estremecimiento después de sentir la voz y aliento de Daphne en su oído, volvía a sentir esa incomodidad de estar junto a ella.

—¿Entonces los padres de tu amiga no están en casa? —preguntó Ethan, buscando algo de qué hablar.

—No, salieron a cenar esta noche —contestó Daphne—. Fue muy amable de su parte permitirle a Jannette hacer la fiesta —le dio otro sorbo a su refresco—. Bueno, cuéntame más de ti —pidió mirando a Ethan con una sonrisa.

—¿Sobre qué más? —preguntó Ethan, apartando la mirada de los ojos de Daphne.

—No sé, de tus pasatiempos, tu trabajo, o... ¿qué edad tienes? —preguntó Daphne al darse cuenta de que no sabían la edad el uno del otro.

—Veintiuno —contestó Ethan— ¿y tú?

—Diecinueve —contestó Daphne, se quedaron unos segundos en silencio—. Bueno y... ¿qué hay de tu trabajo? —preguntó tratando de hacer más conversación.

—No hay mucho que contar —dijo Ethan y guardó un segundo silencio, mirando hacia el refresco en sus manos. Miró de reojo a Daphne que lo miraba y habló apartando de nuevo la mirada—: Comencé a trabajar ahí después de llegar a la ciudad, fue el primer trabajo que pude conseguir. Es todo.

Se quedaron unos segundos en silencio. Ambos dieron un sorbo más a sus bebidas, Ethan regresó su mirada a Daphne unos segundos, ella miraba hacia al frente, casi inmediatamente volvió a apartar la mirada de ella.

En su mente Daphne pensaba en sobre qué hablar, realmente no se conocían mucho y no encontraba de qué cosa hablarle o preguntarle para continuar la conversación. Era verdad que ella era una persona a la que no le costaba mucho el entrar en confianza con otras personas, pero Ethan parecía más retraído, y no parecía tener ganas de conversar.

La chica centró su mirada en Ethan, no quería preguntarle sobre su vida antes de llegar a la ciudad para no incomodarlo, le llamaba mucho la atención su historia siendo huérfano. Aunque a ella realmente le habría encantado escuchar sobre eso y tenía ansias por preguntar, no lo haría hablar de ello sólo para saciar su curiosidad, y tampoco creía que Ethan quisiera hablar mucho de eso.

Lo miró sin decir nada, el sólo miraba hacia el frente, al parecer mirando hacia la entrada por la que se veía a los chicos en el jardín. Contempló su perfil, sus mejillas, su mentón, sus cejas, sus labios, su descuidado cabello y su incipiente barba. Realmente Ethan era un chico atractivo.

Miró de nuevo su cabello, estaba algo largo, pero no parecía ser que tuviera un corte de ese estilo, más bien pareciera que lo había descuidado por un largo tiempo. Sin previo aviso llevó una de sus manos al cabello de Ethan, por la zona de la cúspide, sorprendiendo a Ethan que en seguida volteó a verla.

—¿Te gusta usar el cabello largo? —preguntó Daphne con una sonrisa.

Ethan centró su mirada en ella un segundo sin decir nada, se apartó un poco de ella cuando su piel comenzó a erizarse, al sentir los dedos de ella jugando con su cabello.

—Emm, no realmente —dijo nerviosamente, carraspeó tratando de aclarar su voz—, sólo que no me he molestado en cortármelo durante un largo rato. Si voy a una barbería es probable que tenga que sentarme a esperar turno para que me hagan un corte, eso es muy fastidioso.

Flor de Daphne ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora